
Siguiendo los consejos de Malgosia, conseguí una buena pensión en Nová Lesná, un pueblito al pie de los montes Tatra del lado eslovaco. Para seguir la tradicion de los últimos tres ańos, paso mi cumple en zona de montańa.
Eslovaquia para mí es un invento. Fue un estado títere bajo los nazis y se separaron de los checos medio siglo después sin que nadie me sepa dar muchas explicaciones. Hablan otro idioma, es cierto, y los checos no deben haberse molestado cuando la mitad pobre del país decidió separarse.
En Europa las fronteras se agitan de un lado para otro como las banderas. Hace unos siglos Bratislava era una capital húngara y hoy es capital de este nuevo país con moneda, idioma y cerveza parecidos a los checos. Me pregunto si no estaban tan mal bajo el imperio austro-húngaro. Al fin y al cabo, en la pensión en la que estoy me hablan en alemán. Un imperio puede ser odioso pero al menos provee una lingua franca.
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