miércoles, 12 de diciembre de 2007

El hombre biónico

En principio estaban preocupados con el clima, preguntando si por esta época hace mucho frío en Madrid. Luego preguntaron si en mi casa hay camas suficientes. Después quisieron saber si en el baño de mi casa hay bidet. Cuando les dije que sí a todas sus preguntas, dejaron pasar un tiempo hasta que un buen día decidieron renovar sus pasaportes. De sacar pasajes para venir en Navidad, ni noticias.
Unos días más tarde me dijeron que los nuevos pasaportes recién estarían listos antes de Navidad. Finalmente, mis padres encontraron una buena excusa para no venir a visitarme para las fiestas: a mi padre lo operaban del fémur el viernes 30 de noviembre.
En parte era esperable. Osteoporosis. Ya lo habían operado del otro fémur. Le colocaron una prótesis que funciona perfectamente, pero al cabo de un tiempo empezó a notar que la otra pierna tampoco respondía muy bien. Finalemente le recomendaron operarse antes de Navidad.
No encontró muchos problemas para encontrar donadores. Donó su propia sangre, en señal de autosuficiencia, unas semanas antes de la operación. Mi viejo es tan autosuficiente que la segunda vez que donó medio litro de sangre, decidió ir y volver a casa solo y manejando. Faltaba que luego se le diese por jugar al tenis...
Al menos llegó a casa bien. Subió las escaleras, fue al baño, y se desmayó silenciosamente (el alboroto no es lo suyo), pegándole un buen susto a toda la familia. Por suerte no se quebró ningún hueso. Hasta en eso es duro.
La operación quirurgica duró cuatro horas. El equipo de cirujanos hizo un trabajo impecable. Dos días mas tarde mi padre conseguía ponerse en pie. Se lo escuchaba muy contento al telefono. "Ahora ya parezco el hombre biónico!", me dijo.
Espero que guarde un poco la calma, se dedique a la lectura, la escritura y al buen comer.
Espero que no se le ocurra inscribirse en la maratón de la ciudad.

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