sábado, 11 de octubre de 2008

Macumba



Mientras las bolsas del mundo se desploman, seguimos buceando en el irreal mundo de los alquileres de pisos en Madrid.
Cuando un piso nos gusta suele ser caro, o queda lejos, o lo alquilan en cuestión de minutos. Lo que parecía fácil, se extendió por unas siete semanas.
Finalmente vimos un piso reformado en La Latina, dentro de un edificio totalmente renovado por una promotora y a un precio no muy excesivo. Tal vez porque estaba harto de buscar, les dije que lo quería reservar.
Pidieron un aval bancario de seis meses. Lo tramité en un par de días en el banco donde tengo cuenta, un banco grande y respetado.
Los de la promotora me dijeron que el modelo de aval de ese banco era inaceptable, ya que el departamento jurídico de la promotora usa otro modelo de aval. Burocracia...
A los dos días, el departamento jurídico del banco me devolvió el modelo de aval de la promotora con correcciones. La promotora respondió una semana más tarde, diciéndome que su departamento jurídico había aceptado los cambios. Y me pidieron que les enviase toda la documentación para poder firmar el contrato a la semana siguiente. Les pregunté cuál era toda la documentación.
Silencio.
La semana siguiente era la primera de octubre, y yo pensaba que a esa altura iba a estar mudado. No recibí ninguna respuesta de la promotora. Una amiga que alquiló en ese mismo edificio me dijo que era así, que yo tenía que tener paciencia porque la promotora es muy lenta.
Por las dudas, volvimos a buscar piso con mi futura coinquilina, quien me dio luz verde para reservar uno si me gustaba y el precio era razonable.
-"Eres muy exigente, así que si para ti está bien, yo estoy de acuerdo"
A la semana visito el primer piso que había visto cuando decidí mudarme, allá por finales de julio. Al parecer no consiguieron alquilarlo para el primero de agosto como querían.
Tres cuartos, aire acondicionado, cerca del metro, semipiso en un edificio casi nuevo en una calle tranquila. Le digo al propietario, un matrimonio vasco, que lo quiero tal como está. Me dicen que para el 15 de octubre ya podríamos habitarlo, y que me iban a mandar el modelo de contrato al día siguiente. Mi coinquilina se pone contenta al saber que ya tenemos fecha de mudanza y que nuestra futura casa ya está amueblada.
Dos días más tarde me llama el dueño. Pide disculpas por el atraso, y promete que me enviaría el modelo de contrato y aclarando algunas dudas que tenía.
Dos días más tarde, no sólo no me manda el contrato, sino que me dice que unos amigos suyos del país vasco estarían interesados en venirse a Madrid y que me haría saber en unos días si el semipiso seguía disponible.
A 10 semanas de haber empezado la búsqueda, otra vez salimos a buscar casa.
Mi coinquilina al principio no me lo cree. Piensa que le estoy tomando el pelo. Le digo que es cierto, que los dueños cambiaron de idea. Empiezo a pensar que es porque somos extranjeros.
"Tenemos que hacer algo, o rezar o hacer una macumba para ver si conseguimos mudarnos en noviembre." - me dice ella.
No parece un método muy científico, pero a esta altura del partido...

No hay comentarios: