
Tomarme un año sabático no fue una decisión de un día. Hace años que vengo con la idea de dar la vuelta al mundo o viajar por bastante tiempo sin un rumbo demasiado preciso, un poco para emular a mi presunto ancestro Marco Polo o por ser hijo de inmigrantes o porque de chico jugaba con mapas y mi ídolo era Indiana Jones. Qué importa.
Puedo partir, ¿por qué no hacerlo? Un año parece mucho para el que parte pero representa poco para el que se queda. Mi amigo Pierre partió hace unos 6 años y todavía sigue dando vueltas por el mundo. No aspiro a tanto.
El momento para partir tampoco fue improvisado. A los 30 años (o a los 32 para ser más exacto) ya tengo todas las condiciones para partir: un diploma de postgrado, algo de experiencia de vida, ahorros suficientes para mantenerme un par de años sin trabajar, dominio de un par de idiomas, una carrera profesional más o menos establecida, apoyo familiar y de amigos y ninguna persona que dependa de mí.
Un año para tomar otra perspectiva de las cosas, de entender lo qué me gusta y lo que no, lo que funciona y lo que no, las personas, los lugares, las actividades que extraño y las que no. Esa al menos es la idea.
La última semana en Milán sirvió para hacer las paces con la ciudad antes detestada. Calor, mosquitos, gente incomunicable, calles circulares y árboles escasos. Todo quedó atrás. Dejo un grupo de buenos amigos, simpáticos colegas de trabajo y lugares que no dejaron de sorprenderme. En casa de cada uno de ellos dejé parte de mis cosas. Justo antes de partir, puedo decir que aquí me siento como en casa.
3 de julio de 2006. A las 6 de la mañana me tomo el tren a Ljubljana. Próxima parada: casa de Gabriel, última base antes de ir a las montañas. Todavía hace calor pero de noche se empieza a sentir el aire fresco.
Foto: un bar en Ljubliana, 9 de julio de 2006
1 comentario:
Que placer leerte, por el camino se descubren tantas cosas... más vale que estes atento a todo.Yo hace tiempo salí de una isla con las mismas ideas que tu. He visto lo que hay, lo que hace falta, me he encontrado...sí que ha valido pena pero, aveces también pienso que es mejor no saber nada,todo sucede tan rápido, aclaras que vivir duele tanto como alegra, que de pronto quedas sOlo tu y todo ese montón de memorias que has vivido y luego tu memoria te aprisiona
bueno ya, es que yo soy muy memoriosa.
te dejo,
te seguiré leyendo!
Cuídate mucho!
Si entras a mi blog lee un poema que he colgado de Kaváfis que se llama Itaca.
ciao
Publicar un comentario