sábado, 20 de octubre de 2007

De Mudanza (2)

17 de octubre. Día de la lealtad peronista.
A la hora del almuerzo salgo de la oficina y voy directamente a casa. Me caliento un plato de sopa y espero. A las 14 supuestamente llegaba el camión de la mudanza con mis cosas. Le llevó como media hora para encontrar lugar para estacionar, media hora para descargar las 13 cajas y dejarlas en la portería y otra media hora para subirlas hasta el living de casa.
Firmo el recibo y cierro la puerta de casa.
Momento feliz.
Lo primero que hago es abrir las cajas, desembalar el equipo de música y poner un CD de Macy Gray. Ya entrado en ritmo, desempolvé unos 20 kg de libros, busqué lugar para las especias de la India, el wok-sartén, el equipo de montaña, el futon para las visitas, el mandala tibetano que ya tengo colgado en la pared, láminas japonesas sin enmarcar, ropa de invierno que ni me acordaba que tenía, un sobretodo con más arrugas que una anciana colla, zapatos más o menos gastados, pomadas y cepillos para lustrarlos, sábanas, colchas y almohadas, el piumino para un invierno menos frío que el de Milán, los platos de sushi y un juego de té, fotos añejas y varias cosas inútiles que ocupan bastante espacio como cortinas para un balcón que no tengo.
Terminé de desembalar todo a la noche, después de haber trabajado unas horas, ido a un curso, y cenado. Mi cuarto está atiborrado de cosas y así me parece más cálido.

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