lunes, 8 de octubre de 2007

De Mudanza

Hace una semana conocì a la representante de una empresa de mudanzas en un evento empresarial. Visto que no le podìa vender nada, fui màs a temas personales. Les pedì un presupuesto para ver si me ayudaban con mi propia mudanza desde Milàn. Ni lerda ni perezosa, el primer lunes de octubre me avisa que no habrìa problema en hacerla esta misma semana. Le pedì que me confirmase la fecha asì sacaba pasaje. El martes me preguntò si yo podìa estar en Milàn al dìa siguiente. Llamé a un colega a ver si me conseguìa un pasaje, ya que yo estaba en un evento fuera de la oficina. Me dijo que sì. Y a la hora de la cena aterrizé en el aeropuerto de Linate.

3 de octubre. El camiòn de la mudanza llegò a las 8:40, apenas 10 minutos tarde. Paola se levantò al rato, por màs que nos fuimos a dormir tarde. Como de costumbre, nos quedamos hablando sin fijarnos la hora.
A las 9:40 todas mis cosas estaban en el camiòn. No eran muchas. Una docena de cajas.
Desayuno con calma.
Paso a ver si mi pasaporte està listo.
Italia.
Aùn no lo han hecho. En agosto no han trabajado, y en septiembre no se sabe qué han hecho. Paso por el banco pero las puertas estàn cerradas. Me fijo la hora y confirmo que tendrìa que estar abierto. Alguien dice que los empleados estàn reunidos en una asamblea.
Italia.
Tarde de aperitivos. Me encuentro con dos chicas de teatro, Camilla y Carmen. Vamos a las columnas de San Lorenzo a tomar algo. Allì organizaban juegos al aire libre. Habìa tableros gigantes de damas y de ajedrez, otros juegos de plàstico y mesas para sentarse. Nos turnamos para jugar cuatro en lìnea en esquema dos contra uno. Camilla ganò siempre, y Carmen apenas cuando jugò con Camilla. No hace falta decir còmo me fue. En otro juego de adivinanzas tenìamos que hacer preguntas para descubrir qué éramos segùn la carta que llevàbamos sobre la cabeza. Una pareja nos vio jugando y se sentò a jugar con nosotros. Gente simpàtica.
Esta vez Carmen tuvo su desquite. Su primera carta llevaba escrito "Sono una patata". La ùltima, "Sono una serpente". No le costò mucho descubrirlo.
- Sono la campionessa!

Camilla me dijo que justo esa noche nuestra escuela de teatro organizaba una fiesta en un bar cercano. Caì sin avisar, detràs de las dos muchachas. Nadie me esperaba y yo no esperaba ver a los viejos colegas de actuaciòn esa noche. Ni a Silvia, que adelgazò 15 kilos y luce radiante. Ni a su novio, que sigue tan simpàtico como de costumbre.
En el bar se oìa jazz envasado y al vivo. Un pianista improvisaba "My favorite things" mientras miraba absorto un cuadro. Con Roberto y con Karim filosofamos sobre las mujeres, como se suele hacer cuando hay amigos, cuando se escucha buena mùsica y cuando se tiene una copa en la mano.
- La ùltima relaciòn que tuve me marcò. Era interesante para hablar, inteligente, buena persona. Pero fìsicamente no me atraìa.
- Y cuando una mujer no nos gusta no podemos fingir. Las mujeres sì pueden.
- Ahora me cuesta engancharme otra vez. Ahora busco algo serio.
- Yo es la primera vez que duro tanto con una chica. El otro dìa ella me preguntò si tenìa ganas de salir y le dije que preferìa quedarme en casa. Ella me confesò que en verdad tampoco tenìa ganas de salir. En una pareja una situaciòn asì ya serìa una crisis.
- Mi error es ser demasiado amigo de las mujeres.
- Es verdad. Mejor pasar por atrevido que por buenazo.
- Para mì, cuando una mujer es una amiga, es sòlo una amiga.
- Mis ex me dan fastidio de solo verlas.
- Ah! Mis ex....
Me despedì tres veces antes de irme de la fiesta. Llegué tarde a casa. Paola dormìa. Al alba me levanté para tomar mi aviòn de regreso. Esta vez me fui sin despedirme.

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