Viajar cansa, así que volver a Milán fue como tomarme vacaciones de las vacaciones. No tuve que levantarme temprano para ir a ninguna estación, dormí más de cuatro noches en la misma cama, no visité ningűn museo, fui tres veces al cine, comí en casa, acompańé a una amiga a hacer compras, fui a una fiesta de cumpleańos, no tuve que comunicarme en ninguna lengua extranjera, no tuve que cambiar dinero, y me reencontré con amigos y colegas de trabajo. Es más. Se me ocurrió pasar por la oficina y terminë trabajando un par de días, aunque apenas a la tarde. Tampoco hay que exagerar.
Prolongué mi estadía en Milán y hasta estuve a punto de aceptar una invitación para ir a Roma con una amiga. Pero bueno, al final me decicí a partir para iniciar otra fase de este ańo sabático. La idea es llegar a Grecia a fines de Septiembre. Este lunes llegué a Ljubljana y mańana a la noche me tomo un micro hacia el sur. Evito buena parte de la ultraturística costa croata yendo por el interior, entre los valles y montańas de Bosnia. Vamos a ver cómo reconstruyeron a Sarajevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario