lunes, 5 de marzo de 2007

Llueve en Srinagar

1 de marzo. Llueve. Dedico los primeros tres dias en el hotel-bote a comer y a dormir. Con Rafiq, el hijo de lio, hablamos un poco acerca de todo. El es el gerente de la familia, el que maneja el hotel, contrata excursiones a la montaña y exporta te'. Cita a Eqbal Ahmed en persa: que si hay un pariso sobre la tierra es aqui, es aqui, es aqui. Kashmir parece un lugar fantastico, salvo por los problemas politicos. Al parecer luego de la particion de la India les prometieron el derecho a la autodeterminacion pero se la terminaron dividiendo entre la India y Paquistan.
Rafiq me invita a que me sienta como en su casa. Su hijo de 6 años juega conmigo a al cricket (o al menos lo intentamos), su mujer me sirve te' verde con canela y cardamomo y galletitas de almendra. La comida consiste en verduras cocidas, queso de montaña con salsa y arroz. Lo que para ellos no es picante para mi lo es bastante. Lo mas picante que comen son unas verduras de hoja con chile que son nitroglicerina pura. Comen con la mano, apretando el arroz con las verduras y el queso formando unos bollos. Despues se chupan los dedos y se lavan las manos con agua sobre el plato en el que comen. Yo prefiero la cuchara y la servilleta.
A las 5 de la matina me despiertan las llamadas a rezar desde la mezquita mas cercana. Despues de la plegaria, vuelven a dormir hasta una hora mas razonable.
Yo ni me animo a salir de la cama antes de las 10. Permanezco bajo las 5 cubiertas de acrilico coreano, un toque nada autoctono en el barco de madera tallada.
Rafiq se queja de las influencias occidentales en la moda y en la musica. No le gustan los Rambo locales, la violencia en la television, la musica remixada, la perdida de los valores tradicionales. Ahora, tampoco reniega de la tecnologia y dista de ser un extremista. Dice que hay un Dios aunque no importa que religion se practique. Que no hay que generalizar que Estados Unidos tiene la culpa porque conoce estadounidenses que son excelentes personas. La culpa es de la codicia humana.
La lluvia me permite pasar mas tiempo con la familia y disfrutar de la paz entre el lago y las montañas. Buena decision despues de haber pasado una noche infernal en Delhi con los interminables bocinazos. Que en la India hay dos leyes de transito: manejar del lado izquierdo y tocar bocina a mas no poder. En el lago de Srinagar, apenas se oyen los remos...

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