
17 de marzo. A la noche llego a Agra y me hospedo en el primer hotel razonable que encuentro cerca de la terminal. Empiezo a extrañar la granja. Como buena ciudad de la India, Agra es fea, sucia y ruidosa. Al menos como bien.
18 de marzo. Me levanto poco antes del Alba para ir al Taj Mahal. Canturreo la cancion homonima de Jorge Ben hasta que el rickshaw me deja en una de las entradas.
Lo primero que me impacto' fue el precio de la entrada. Los indios pagan 20 rupias; los turistas: 750. Un poco mas de 12 euros. Atravieso el segundo portal estilo mogul y ahi lo veo: imponente y blanco como Sacre Coer en Montmartre. El canal esta' seco, asi' que nada de fotos con reflejos. Bueno, siempre hay algun charquito a mano.
Si, es tan impresionante como dicen, y al alba parece escenografia pintada de una pelicula de los años '30. El problema fue a la salida. Del silencio del parque y los aromas florales a los bocinazos y pestilencias de siempre. Pase' rapidamente por el fuerte de Agra, almorce' y volvi' al hotel a refugiarme del ruido y del calor hasta que bajase el sol.
A la tarde fui a Shikandra a ver el bello pero descuidado mausoleo de Akbar, uno de los reyes mas iluminados de la India. Intento' fundar una nueva religion sincretista, pero su corte ignoro' sus innovaciones. Su nieto construiria el Taj Mahal, por amor a su fallecida princesa o por pura vanidad. Y luego los ingleses destronaron a los mogules y se llevaron casi todo lo que pudieron.
Foto: cortesia de Rebecca S.
1 comentario:
Foi a mais linda história de amor
Que me contaram e agora eu vou contar
Do amor do principe Xá-Jehan pela princesa Num Mahal
Do amor do principe Xá-Jehan pela princesa Num Mahal
Dê, dê, dêdêredê
Dê, dê, dêdêredê
Dê, dê
Taj Mahal
Taj Mahal
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