Las perspectivas de pasar un domingo en casa o en el centro de Ljubljana no eran muy alentadoras. Por suerte Piotr se descolgó con una invitación a un asado en plena montaña, así que pasó a buscarnos con el coche, cargamos las mochilas con carne, la parrilla, bebidas y aderezos, y salimos temprano para la montaña. Es cierto que 10 grados bajo cero no es la temperatura ideal para hacer un asado al aire libre, pero al menos estaba algo soleado, no nevaba, y una caminata por el bosque nevado siempre tiene su encanto.
Lograr que la leña prendiese no fue tan difícil, con ramas caídas y troncos viejos. La nieve se iba derritiendo de a poco y el fuego iba poco a poco creando un hoyo en la nieve.
Compartimos un poco de vino tinto demasiado frío con una pareja de caminantes, con carne asada, pan con queso y té azucarado. Cubrimos el hoyo del asado con nieve, caminamos hasta una cabaña cerrada y bajamos atravesando el bosque fuera del sendero. Algo nos decía que Piotr le había errado al camino, pero se podía ver cómo llegar sin muchos problemas, salvo por los arañazos de las ramas de pino cada vez que rodábamos cuesta abajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario