sábado, 12 de mayo de 2007

El rey de Kullu


5 de mayo. Paseo por Katrain. Las casas son de madera intercalada con piedras, techos de lajas, estructura de 2 pisos con balcones de madera sin cerramientos, a veces tallados con motivos locales. Entre las terrazas de cultivo se destacan coniferas desde hasta 20 metros de altura a veces atacadas de enredaderas. A la tarde llueve por un par de horas pero el resto del dia se esta bien. La temperatura es muy agradable y a la noche refresca. Paso el dia leyendo y cocinando.

6 de mayo. Almuerzo en un autodenominado restaurante italiano. Los penne parecen gnocchi y el menu en italiano no coincide con la descripcion de los platos en ingles. Pido un plato y me traen otro. Le aviso al cocinero de los errores y el dueคo viene a tomar nota. Un amigo vicentino les paso' las resetas y el intenta coparlas como puede. Dice que su amigo veneto piena venir un dia a ayudarle y que mientras tanto le manda por correo semillas y especias italianas. En el jardin del restaurante cultiva oregano, tomillo, albahaca y calabacines.

7 de mayo. Despues de una gran descompostura, tal vez producida por usar leche ordeคada en la comida, pase' un par de dias sentado en el trono intentando sentirme como el Rey de Kullu. Pero para decir la verdad, pase' un dia de mierda.

8 de mayo. Me mudo a Naggar, unos 500 metros cuesta arriba, del otro lado del rio. Es mas turistico y tiene mejor vista del valle y de las cumbres nevadas. Incluye una galeria de arte de una familia rusa, los Roerich, con cuadros expresionistas de los Himalaya, la gente y aldeas locales. La aldea tambien parece un buen lugar para comprar pashminas y shawls de Kullu y de Kashmir.
El elemento que me alquila un cuarto me pide que no le diga a los otros inquilinos que yo pago la mitad que ellos y me pide prestada una birome para escribir el telefono de su novia. Es bajo, tiene ojos a lo Homer Simpson, espacio entre los pocos dientes saltones que les sirven para escupir mejor y se las arregla para ser bigamo.
Mi cuarto es tranquilo. Se escucha el murmullo de una cascada, cantos de pajaros y muy de vez en cuando el paso de algun vehiculo motorizado. Tiene una terraza perfecta para desayunar mirando la montaคa. Camino montaคa arriba hasta el pueblo de Rumsu. Me sorprende como es que los campesinos y pastores se construyen grandes casas de dos pisos son antena satelital. Bueno, los materiales para la construccion son locales, la mano de obra no cuesta nada y en cada familia cuentan con uno o varios telares para tejer sus shawls. Tambien abunda la cannabis, aunque no vi a nadie cosechandola. Bueno, tal vez no es la epoca.

9 de mayo. En el castillo, residencia del rey de Kullu hace 5 siglos, un director de Bollywood filma algun pastiche sobre los tibetanos. Se supone que estan en lhasa, aunque la arquitectura del castillo y su templo hindu no se asemejan en casi nada a la cultura y geografia tibetanas. No creo que a los productores les importe mucho.
Todavia no me siento demasiado bien pero empiezo a hartarme de mi dieta de enfermo.

10 de mayo. Voy a Manali y me encuentro para almorzar con una amiga de Barcelona. Me invita con unos bifecitos de cordero con verduras saltadas. Rompo con la dieta vegetariana y mi estomago al parecer me lo agradece. Manali es un buen lugar para partir hacia algun otro, sea a ladakh a traves del paso de Rhotang, al Valle de Spiti o a los mas cercanos valles de Kullu y de Parbati. Hay un mercado tibetano importante, una escuela nepalesa y una estacion de descarga de hordas de turistas extranjeros y locales.

11 de mayo. Despues de almorzar chowmein y momo de cordero en un humilde pero excelente restaurate tibetano, con luz de candelas y esperando que pase la lluvia, imnicio el regreso a McLeod. Disfruto de la parte mas abrupta del valle que no pude ver a la ida porque era de noche. Me recuerda al valle del Urubamba por lo verde y profundo.

Foto: Castillo de Naggar (cortesia de Rebecca S.)

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