domingo, 30 de julio de 2006

Si, en el Baltico el agua es mejor que en Mar del Plata


Y la arena es mas blanca. Obviamente, tambien hay menos gente. Otro detalle es que los polacos parecen no tener television o son sumamente catolicos. Acostumbrado con la baja natalidad que hay en Italia, aqui me sorprende ver chicos por todas partes. Toda pareja de polacos que se precie parece tener un par de crios. Para colmo, a la playa bajaban las colonias de vacaciones con 20 o 30 chicos por cada bus. Intento ver si hay alguna polaca soltera de mas de 20. Le deberia preguntar a alguna de las camareras.
26 de julio. No conseguimos lugar en Diebki y terminamos en Bielogora. Como a Malgosia tambien le gusta caminar recorrimos casi todos los pueblos de la zona.
27 de julio. Ya tengo dos ampollas de tanto caminar. Hoy caminamos unos 30 km entre Bielogora, Diebki, una laguna tierra adentro y otros 10 km entre lago, ruta y bosque hasta volver a la playa.
28 de julio. Dia tranquilo. Caminamos apenas unos 5 km hasta una playa vecina. Por suerte habia un banco donde sentarse.
29 de julio. Despuesde tres dias de sol finalmente se nubla. Dejamos Bielogora en direccion a Gdansk.

jueves, 27 de julio de 2006

En el Baltico


25 de julio. Descubri que no habia tren a Polonia pero que un colectivo me llevaba a la estacion de tren del lado polaco. Por fin deje' la Republica Checa.
En Rybnik compro una Sim card polaca y consigo comunicarme con Gabriel. Bien. En 15' me arreglo' un programa. Su amiga Malgosia piensa pasar unos dias en la playa en el mar Baltico, cerca de Gdansk. Me tomo un tren a Katowice, ceno milanesas con ensalada y me tomo el tren a Gdynia. A la madrugada llego a Gdansk y me bajo finalemente en Gdynia. Me encuentro con Malgosia en la estacion y nos tomamos un par de colectivos hasta Debki. No hay posadas disponibles, asi que probamos suerte en otro pueblo cercano: Bielogora.
La playa se parece a Pinamar, salvo que el agua es un poco mas calida, la arena mas blanca y el ambiente es mas familiar, tipo como en Miramar. Es apenas una aldea con 20 casas, rodeada de un bosque de pinos con muchos restaurantes y bares.
Decidimos quedarnos hasta el sabado a hacer nada ademas de caminar por la playa, leer, tomar sol, comer y dormir.

Miss Polonia



En Bohumin espero el tren a Rybnik, en Polonia. En la cartelera no esta anunciado el anden. Pienso que puede estar atrasado. Llega la hora de partida y nada. Al minuto el tren despaparece de la cartelera. Acabo de perderlo. En la oficina de informaciones nadie habla ingles, para variar.
Me dicen algo en checo sobre un autobus pero en la estacion de micros no veo ninguno que vaya a Polonia.
Decido pasar la noche en la ciudad. No hay nada para ver. El centro tiene unas tres cuadras. Hay una iglesia y un eificio comunal del siglo XIX y un parque bastante arbolado. Cambio 20 dolares y decido buscar un lugar para dormir. Hay un hotel y una pension. La pension parece buena. Queda arriba de un bar. Le pregunto a una moza en el bar que tampoco habla ingles pero que llama a la propietaria, una mujer de mas de 50 anios que al menos habla un poco de aleman. Me pide 500 coronas por una noche y le digo que es mucho. Comenzamos a regatear. Arreglamos por 350 y me paga lo que habia ordenado en el bar. El problema es que seguia intentando hablar conmigo y repetia las cosas 50 veces. Con lo poco que consigo entender de aleman y de lenguas eslavas saco sus segundas intenciones. Al parecer fue Miss Polonia pero despues trabajo como prostituta. Queria que pasaramos la noche juntos. Mi cara de pocos amigos creo que la convencio de que no queria saber nada del asunto. Me pidio disculpas en ruso y en aleman y me dio las llaves del departamento. Muy lindo, con vista a la iglesia principal y al parque, silencioso, con el bagno hecho a nuevo y hasta con TV a cable. El unico problema es que en este pais no hay persianas y a las 4 de la matina amanece.

Foto: Castillo de Malbork

Ostrava no vale la pena


Se lo dije a los de la television checa que me entrevistaron cuando pase cerca de una interesante estructura industrial. Apenas llegue a la terminal de omnibus de Ostrava vi que no habia micros hasta Polonia. Nadie hablaba ingles y probe suerte en el centro. En el bolsillo me quedaban unas 100 coronas checas, algo menos de 4 euros. Fue suficiente para tomar otra cerveza y para comprar un billete de tren hasta Bohumin, en la frontera con Polonia.
Camino a la estacion me encuentro con una especie de fabrica del siglo XIX. Unos checos intentan entrevistarme pero les respondo que no hablo checo. Insiten en ingles y me filman mientras le saco una foto a la fabrica. Me preguntan que pienso sobre esa estructura de hierro soldado y simplemente les respondo que apenas estaba de paso en Ostrava y que no esperaba ver nada interesante. Sin embargo, al pasar al lado de esos fierros me sorprendo de encontrar cosas que valen la pena.
Lo que mata es la sinceridad.

Hace calor




24 de julio. Aun en Olomouc. Los domingos se puede entrar gratis al museo arquidiocesiano. Incluye una pinacoteca, una sala de restos arqueologicos y otra de arte sacro. Las iglesias jesuita y de san Miguel tambien valen la pena.
A la tarde intento caminar hasta la colina sagrada pero el calor me hace cambiar de idea. Saco fotos de un palacio a las afueras de la ciudad, camino por el bosque y como costillas de cerdo con pure de manzana en el albergue. A la noche juego ajedrez con un tocayo mejicano.

Solo en Moravia


23 de julio. El camino de Telc a Brno pasa por campos, bosque, lagos y ciudades interesantes. En Brno sigue haciendo mucho calor. Almorzamos por el centro y despido a Tatiana en la parada de taxis. No habia ni un taxi, pero cuando ya empezabamos a desesperarnos aparecio uno y asi Tatiana pudo llegar al aeropuerto a tiempo.
Ok, sigo solo por Moravia. Doy unas vueltas por el centro y a la tarde me tomo un micro a Olomouc. De la terminal de micros hasta el youth hostel tengo que atravesar toda la ciudad. Vale la pena.
Francine, una australiana bastante simpatica que trabaja en el hostel, me recomienda un buen restaurante moravo. Elijo un plato al azar y no me arrepiento. Anochece en la playa principal. No hay nubes y hace calor.

Efectos colaterales de Zacharias


En Moravia hay una cerveza ambarina llamada Zacharias. La ciudad es Telc, un pueblo pintoresco al suroeste de Brno. El sol y el calor nos constringen a hacer dos cosas: comer y beber. La cerveza es excelente, su color es fantastico y desciende con facilidad por el esofago.
Zacharias tiene otros efectos notables. Despues de la tercera cerveza, Tatiana empieza a sacar buenas fotos. Lo festejamos con otra cerveza.
A la hora de la cena encontramos el problema de siempre: los restaurantes siguen abiertos pero la cocina esta' cerrada. Los mozos son mucho mas simpaticos que en Cesky Krumlov, pero lo unico que nos quedo' como opcion fue una pizzeria. En lugar de salsa de tomate, usaban ketchup. Gente incivilizada.
A la maniana siguiente dejamos Telc. Tuvimos que caminar hasta la terminal de micros, ya que el unico taxi de la ciudad ese dia estaba ocupado....

It's finished!


Cesky Krumlov debe ser uno de los pueblos mas encantadores de Europa Central. No por nada una amiga medio checa me decia que todos los caminos conducen a Cesky Krumlov. Krummau, para los alemanes, este pueblito ortado en ese por el rio Vltava y rodeado de colinas vio nacer a la madre del pintor Egon Schiele. El mismo paso' un tiempo por aqui y trato' de rodearse e un circulo de artistas amigos. Cuando vieron que pintaba adolescentes desnudas, la ciudad le mostro' gentilmente la puerta de salida. Hoy sin embargo le dedican la principal galeria de arte de la ciudad.
Algo de esa rigidez austriaca parece seguir viva. Acostumbrado a cenar cuando cae el sol, no me di cuenta que eran casi las 23:00 y que los restaurantes estaban cerrando. Cuando vi un restaurante que parecia abierto agarre' un menu para ver que se podia comer. Ni llegue' a abrirlo. Un mozo me arranco' el menu de las manos diciendo "it's finished!".
Cuando Tatiana paro' de reirse, unos 10 minutos despues, encontramos finalmente un restaurante abierto. No tenian helado con frambuesas calientes pero al menos la cocina estaba abierta. A la salida del restaurante, Tatiana se acordo' de la escena con el mozo y empezo' a reir de nuevo.

Foto: Cesky Krumlov vista desde la torre del castillo

miércoles, 19 de julio de 2006

Huyendo de Praga


17 de julio. Praga sin nubes, salvo de turistas. Con Tatiana, mi compañera de viaje desde Amsterdam a Brno, aquilamos un flat a pocos metros de la embajada estadounidense. Unos pasos para arriba y se puede degustar comida italiana con una buena pilsen mientras se disfruta tambien de una buena vista panoramica de todo el centro historico.
Salvo en los negocios y restaurantes, hay pocos checos por la calle. Muchos españoles y norteamericanos ademas de turistas de casi todo el mundo. A diferencia de Amsterdam, aqui encontramos todo abierto hasta tarde a pesar de ser un lunes.
Seguimos por la opcion anti-guia de turismo. Caminamos y listo. Para encontrar el camino de vuelta al hotel, recorrimos mitad del centro historico sin necesidad de guias. Perderse es la mejor manera de disfrutar esta ciudad.
Los precios en Praga no son los que encontre' hace 6 años. Las hordas de turistas inflacionaron casi todo. Con Tatiana hacemos vida de burgueses: comemos en buenos restaurantes, paramos en buenos lugares y evitamos los lugares demasiado llenos. Aun asi, gasto menos que en Milan.
El martes 18 nos tomamos un tren a Kutna Hora, a apenas 66 km de Praga. Ya se ven mucho menos turistas, restaurantes mas tranquilos gente mas simpatica y precios mas razonables. Por otro lado, los menues apenas en checo son mas frecuentes y uno se hace entender en una mezcla de aleman, ingles, palabras pseudo eslavas y gestos varios.
Por alguna razon sigo con hambre. Debe ser el viaje. Almuerzo y ceno dos veces por dia. Aprovecho que la cerveza checa no se sube a la cabeza y pido una seguidilla de Staropramen Granat, Pilsner Urquel, Kozel y Gambrinus de a medio litro.

martes, 18 de julio de 2006

Amsterdam - Praga

17 de julio. El despertador no sono' pero las campanas de una iglesia cercana fueron bastante efectivas. Me levante' en un salto e hice a timepo de tomarme el vuelo a Praga. No hice ninguna fila con la excusa de estar por perder el vuelo y consegui' subirme al avion.
En la kombi del aeropuerto hasta Praga me cruzo con dos parejas de argentinos. Les recomende' que dejaran las guias de lado y que simplemente se perdieran por la ciudad. Yo hice lo mismo.
El tiempo sigue perfecto. Lastima que los precios en Praga no son mas los de una epoca.

Soapless in Amsterdam


En el hotel de Amsterdam no tenian jabon. Sera que aca la gente no usa? Pase' por un supermercado para comprar una pastilla de jabon y nada, apenas jabon liquido.
Bien, por lo menos el tiempo en Amsterdam era casi perfecto, apenas calido durante el dia y ligeramente fresco durante la noche. Ni noticia de las nubes.
En las calles de Amsterdam se puede encontrar de todo, desde un inodoro estacionado al lado de una bicicleta (o viceversa) a un viejo trabajando en pantuflas con su computadora y su taza de cafe sobre una mesa en la vereda.
La cerveza es buena si es belga. El trafico (de botes digo) por los canales es bastante intenso.
Muy pintoresca, pero no creo que viviria aqui. Despues de un rato paseando por los canales todas las calles me parecen iguales.

lunes, 17 de julio de 2006

Dulce Pontes

Volvi a Milan y ya empiezan a pensar que no puedo pasar mucho tiempo lejos de mi ultima casa. Fue bueno volver apenas como turista y para visitar los amigos. Desayunar con calma, pasear por Brera y comprar fruta en la feria.
El otro motivo fue el show de Dulce Pontes, gran voz de Portugal. Salvo por esa vieja que se puso a filmar en pie apenas empezaron los acordes de Cançao do Mar, el show fue sensacional. Hizo 3 bises y no salio de nuevo al escenario para no forzar demasiado la voz.
Buena vida burguesa en este primer mes. El sabado 15 deje' Milan por segunda vez, esta vez con destino a Amsterdam.

In Slovenia every stupid has a car


Dijo un amigo esloveno y tenia razon. El transporte publico em Eslovenia nos limita bastante asi que a la vuelta de las montanas decidimos alquilar un auto.
Para volver de Kamniske Alpe a Ljubljana sin embargo tuvimos bastante suerte. Bajamos de el refugio de Ceska Koca despues de usar finalmente el kit de via ferrata y de refrescarnos con una buena lluvia estival.
El bus a Kranj salio una hora mas tarde. Ya en Kranj, tuvimos que caminar hasta una punta de la ciudad para conseguir un cajero automatico que aceptara tarjetas internacionales y de vuelta hasta otra punta para llegar a la estacion de tren. Al parecer no dejaron que el trazado del ferrocarril disturbara a la gente y por eso pasa a 3 km del centro.
Apenas llegamos a la estacion llego el tren en direccion a Ljubljana, y en Ljubljana apenas esperamos 2' para tomar el bus a Gameljne, donde vive Gabriel.
Vimos la final Italia-Francia en un televisor que Gabriel encontro' en la calle. Digamos que la imagen no era exactamente la de una TV a plasma. El 11 de julio alquilamos finalmente un auto y dimos la vuelta a Eslovenia en 2 dias.
Por mas que Eslovenia sea un pais pequeno y que las autopistas sean buenas, ir de una punta a otra lleva a su tiempo. Visitamos la gruta de Jama Pekel, el castillo e Celje, el de Steinberg, la basilica de Ptujska Gora (www.ptujska-gora.si), el viejo burgo medieval de Ptuj, los vinedos cerca de Jeruzalem y la catedral evangelica de Morska Sobota. Hacia calor, la luna llena era roja y en la radio pasaban noticias en esloveno, aleman, croata y hungaro. Zona de vino blanco y de colinas bajas. A la manana siguiente continuamos hasta Maribor y bordeamos el Drava hasta Austria.
Klagenfurt (Celoviec para los eslovenos) y el sur de Carintia era una region eslovena. Despues de la primera guerra mundial decidieron si querian quedarse en Austria o unirse al recien formado reino de los eslovenos, croatas y serbios, un invento posteriormente conocido como Yugoslavia. Los austriacos apostaron al miedo a los serbios: prefieren el mal conocido (los patrones austriacos) o el mal por conocer (los patrones serbios)? Optaron por lo conocido.
De vuelta en las montanas eslovenas, fuimos por el paso construido por los prisioneros rusos en la primera guerra mundial para abastecer a las tropas austriacas en el frente de Soča (Isonzo para los italianos). 10.000 soldados rusos tardaron unos 3 anos en terminarlo. Pocos sobrevivieron. Una capilla rusa construida en madera sirve para recordarlos.
Pasamos por Kobarid (Caporetto para los italianos) y cenamos pizza en Trieste (Trst para los eslovenos). De todas las ciudades que visitamos, me quedo con la ultima. Al fin y al cabo la sangre tira.

Foto: Castillo de Celje, 10 de julio de 2006

jueves, 13 de julio de 2006

On the road

6 de julio de 2006. Vista de Skarje (2141 Mts). Unas horas antes de subir al monte Ojstrica (2350 mts), en Kamniške Alpe, Eslovenia.

Tomarme un año sabático no fue una decisión de un día. Hace años que vengo con la idea de dar la vuelta al mundo o viajar por bastante tiempo sin un rumbo demasiado preciso, un poco para emular a mi presunto ancestro Marco Polo o por ser hijo de inmigrantes o porque de chico jugaba con mapas y mi ídolo era Indiana Jones. Qué importa.
Puedo partir, ¿por qué no hacerlo? Un año parece mucho para el que parte pero representa poco para el que se queda. Mi amigo Pierre partió hace unos 6 años y todavía sigue dando vueltas por el mundo. No aspiro a tanto.
El momento para partir tampoco fue improvisado. A los 30 años (o a los 32 para ser más exacto) ya tengo todas las condiciones para partir: un diploma de postgrado, algo de experiencia de vida, ahorros suficientes para mantenerme un par de años sin trabajar, dominio de un par de idiomas, una carrera profesional más o menos establecida, apoyo familiar y de amigos y ninguna persona que dependa de mí.
Un año para tomar otra perspectiva de las cosas, de entender lo qué me gusta y lo que no, lo que funciona y lo que no, las personas, los lugares, las actividades que extraño y las que no. Esa al menos es la idea.
La última semana en Milán sirvió para hacer las paces con la ciudad antes detestada. Calor, mosquitos, gente incomunicable, calles circulares y árboles escasos. Todo quedó atrás. Dejo un grupo de buenos amigos, simpáticos colegas de trabajo y lugares que no dejaron de sorprenderme. En casa de cada uno de ellos dejé parte de mis cosas. Justo antes de partir, puedo decir que aquí me siento como en casa.
3 de julio de 2006. A las 6 de la mañana me tomo el tren a Ljubljana. Próxima parada: casa de Gabriel, última base antes de ir a las montañas. Todavía hace calor pero de noche se empieza a sentir el aire fresco.

Foto: un bar en Ljubliana, 9 de julio de 2006