miércoles, 22 de octubre de 2008

Autunno (2)


Cada noche llueve un poco más. Tanto que me olvidé de llamar a mi hermano para su cumpleaños...

sábado, 18 de octubre de 2008

Autunno



Llueve más seguido que de costumbre. Todavía las tardes son cálidas, pero las mañanas y noches están para prender la estufa.

sábado, 11 de octubre de 2008

Macumba



Mientras las bolsas del mundo se desploman, seguimos buceando en el irreal mundo de los alquileres de pisos en Madrid.
Cuando un piso nos gusta suele ser caro, o queda lejos, o lo alquilan en cuestión de minutos. Lo que parecía fácil, se extendió por unas siete semanas.
Finalmente vimos un piso reformado en La Latina, dentro de un edificio totalmente renovado por una promotora y a un precio no muy excesivo. Tal vez porque estaba harto de buscar, les dije que lo quería reservar.
Pidieron un aval bancario de seis meses. Lo tramité en un par de días en el banco donde tengo cuenta, un banco grande y respetado.
Los de la promotora me dijeron que el modelo de aval de ese banco era inaceptable, ya que el departamento jurídico de la promotora usa otro modelo de aval. Burocracia...
A los dos días, el departamento jurídico del banco me devolvió el modelo de aval de la promotora con correcciones. La promotora respondió una semana más tarde, diciéndome que su departamento jurídico había aceptado los cambios. Y me pidieron que les enviase toda la documentación para poder firmar el contrato a la semana siguiente. Les pregunté cuál era toda la documentación.
Silencio.
La semana siguiente era la primera de octubre, y yo pensaba que a esa altura iba a estar mudado. No recibí ninguna respuesta de la promotora. Una amiga que alquiló en ese mismo edificio me dijo que era así, que yo tenía que tener paciencia porque la promotora es muy lenta.
Por las dudas, volvimos a buscar piso con mi futura coinquilina, quien me dio luz verde para reservar uno si me gustaba y el precio era razonable.
-"Eres muy exigente, así que si para ti está bien, yo estoy de acuerdo"
A la semana visito el primer piso que había visto cuando decidí mudarme, allá por finales de julio. Al parecer no consiguieron alquilarlo para el primero de agosto como querían.
Tres cuartos, aire acondicionado, cerca del metro, semipiso en un edificio casi nuevo en una calle tranquila. Le digo al propietario, un matrimonio vasco, que lo quiero tal como está. Me dicen que para el 15 de octubre ya podríamos habitarlo, y que me iban a mandar el modelo de contrato al día siguiente. Mi coinquilina se pone contenta al saber que ya tenemos fecha de mudanza y que nuestra futura casa ya está amueblada.
Dos días más tarde me llama el dueño. Pide disculpas por el atraso, y promete que me enviaría el modelo de contrato y aclarando algunas dudas que tenía.
Dos días más tarde, no sólo no me manda el contrato, sino que me dice que unos amigos suyos del país vasco estarían interesados en venirse a Madrid y que me haría saber en unos días si el semipiso seguía disponible.
A 10 semanas de haber empezado la búsqueda, otra vez salimos a buscar casa.
Mi coinquilina al principio no me lo cree. Piensa que le estoy tomando el pelo. Le digo que es cierto, que los dueños cambiaron de idea. Empiezo a pensar que es porque somos extranjeros.
"Tenemos que hacer algo, o rezar o hacer una macumba para ver si conseguimos mudarnos en noviembre." - me dice ella.
No parece un método muy científico, pero a esta altura del partido...

viernes, 3 de octubre de 2008

De Aventura a Mallorca



Me fui de Aventura sin poder probar el budín recién hecho por Alessia, pero quedamos para que venga a visitarme el año que viene y me prepare todas las tortas que quiera en casa. Franco seguía como siempre en su mundo de transformers y modelos para armar. Mi hermano moja un dedo y lo levanta para ver para dónde sopla el viento. Buenas ideas no le faltan, pero con dos críos en casa y una novia en el otro hemisferio tiene que pensar todo al menos un par de veces antes de hacer cualquier movida importante.
Pocos días en familia, acompañando a mis sobrinos hasta sus escuelas, a mi hermano a su oficina, y a todos a la parrilla argentina de rigor para darnos una panzada de carne con ensaladas varias. Fui con Alessia y con Bibi a comprar apenas un par de cosas con mis euros camino a devaluarse. Una valija más grande que la mínima mochila que traje y que no era suficiente para cargar todos los libros que compré por Internet, calze e mutande que cuestan poco y siempre vienen bien, regalos para las mujeres de casa y no mucho más. Lo importante fue estar en familia, que ya justifica la visita con creces.
Apenas pasé unos días en Madrid antes de irme a Mallorca por trabajo. Escuché más inglés, alemán y ruso que castellano o mallorquín. Tuve tiempo de escaparme a la playa con algunos colegas españoles e italianos, después de las tediosas reuniones con un grupo de ingleses impresentables.
El primer día salimos a comer algo. En el primer bar que encontramos hablaban inglés. Nada de lenguas latinas. En el segundo bar que encontramos tampoco hablaban castellano. Recién en el tercer local hablaban español y servían de comer, pero cocinaban tan mal que parecían ingleses....