miércoles, 28 de mayo de 2008

La fameia

Rezos a San Antonio

Sitadeła


Excursión corta de Vicenza a la ciudad amurallada de Citadella. Lo bueno de las ciudades pequeñas es que no hay que caminar tanto. Mi madre se queda en el hotel a descanzar, y con mi viejo bajamos en una estación que parece no conducir a ningún lugar. Sin embargo, las murallas están a la vuelta de la esquina.
Me pregunto cómo será vivir en una ciudad redonda, cortada en cuatro porciones por dos avenidas, rodeada de una fosa y comunicada por cuatro puentes, dando vueltas como caramelo en boca de viejo.

Palladio

sábado, 24 de mayo de 2008

La Promesa


19 de abril. Mi vieja vino a verme. A mí, a la virgen de Fátima y a la piazza San Marco.
Lo primero es lo primero. Fui a recibir a mis padres al aeropuerto, les reservé un lindo hotel cerca de casa y los llevé al mejor restaurante a menos de cien pasos de distancia. Les dejé las llaves de mi depto y dejé que mi madre hiciera de madre y que mi padre hiciera de padre. La única diferencia es que esta vez hice un poco de hijo y un poco de padre de ellos.
Lo segundo es lo segundo. Organizar la visita a Fátima cuando se jugaba el torneo de Estoril. Las agencias de turismo que consulté no encontraban nada disponible, así que empecé a navegar por la red a ver que se conseguía. En una hora conseguí pasajes para ir un fin de semana a Portugal. Reservé un buen hotel en Lisboa y otro en Fátima lo más cerca posible de la basílica y compré los tickets en tren de Lisboa a Fátima. Todo listo para subirse al avión.
Lisboa nos recibió con llovizna. A pesar de haber llegado tarde, la cocina del hotel estaba abierta. Buena comida, gentil atención y precios razonables. La habitación era fantástica, así que fue un buen comienzo. El comentario de mamá antes de dormir me puso de buen humor: ¿no nos podemos quedar otra noche en este hotel?
El sábado desayunamos temprano y nos tomamos un taxi hasta la estación de tren. Garuaba. Ocupamos los asientos reservados en el primer vagón y dormitamos por una hora. No recuerdo mucho del paisaje. Tal vez me lo soñé.
La estación de tren de Fátima queda a una media hora de taxi de la basílica. Hace falta atravesar un par de pueblos y un par de colinas. “Ayer en la sierra, a unos 80 km de aquí, nevó. Por eso hace frío”, dice el taxista. Una vez en Fátima, nos da un paseo por la ciudad sin cobrarnos extra.
La recepcionista del hotel es joven y guapa. Empiezo a interesarme por el turismo religioso.
De la ventana del hotel se ve la basílica antigua, así que mi vieja suspira aliviada. Va a tener que caminar poco.
El clima parece sincronizado con todo lo demás. Aguaceros, micros que descargan feligreses y misas, todo cada dos horas. La antigua basílica es sencilla y acogedora. La nueva tiene un cristo que parece indio, como para sentirse en casa. Escuchamos la misa y el coro con percusión de lluvia. Salimos sin prisa para almorzar, que en un pueblo no hay que apurarse para ir a ningún lado. A dormir la siesta o a ver souvenires.
Cenamos no muy tarde y ya de vuelta en la habitación y listos para ormir, la vieja se asoma por la ventana. Algo brilla. Hay luna llena. Alguien canta. Una procesión. Un río de velas. La noche se alarga.
Salimos al encuentro de la multitud, que llevaba la cruz iluminada a través de la plaza principal. Escuchamos los cantos desde la capilla externa. Llovizna otra vez, pero estamos protegidos.

sábado, 10 de mayo de 2008

En familia

Desde que vienieron mis padres de visita no he escrito un solo post. Pensaba escribir algo para el aniversario del conflicto de Malvinas, pero queda para otra vez. Tampoco he escrito nada sobre la visita de Ivan, ni de mi breve visita a Italia para votar por uno de los perdedores, ver la puesta en escena de la obra teatra de unos amigos, bailar unos tangos con Alessandra y comer una pizza con Akil y Clo.
Pero bueno, la gran noticia es que mis padres vinieron a visitarme por primera vez desde que me fui de casa, que se quedaron casi tres semanas en Madrid, que por primera vez en mucho tiempo pasamos unas vacaciones juntos y que ha sido una muy buena experiencia tanto el pasar un tiempo con ellos como el poder cuidarlos y asegurarme de que se fueran bien y satisfechos de haber cumplido con todos sus objetivos: mi padre estuvo con sus parientes, mi madre estuvo en Venecia y en Portugal y ambos conocieron un poco los lugares y personas que suelo frecuentar.
No se pierdan los siguientes posts con detalles sobre esta visita.