jueves, 27 de diciembre de 2007

Il sorriso della Monalisa

Nada de Navidad en familia. Los planes de pasar las fiestas con los parientes en Tirano saltaron por el aire. La familia no está en un buen momento. A todas las actividades de fin de año (atender a los turistas, contar fábulas a los niños, preparar la cena de Navidad) se les suma otra preocupación. Mi tía Fanny se muere. No pudo llegar a los 90. Su agonía terminará el 24 de diciembre.
Demasiado tarde para caer de visita en casa de los parientes veroneses a los que no veo ni llamo desde hace 3 años. Tarde para cancelar mi viaje a Italia. Ya estoy en Milán y no sé adónde ir. Podría ir a Eslovenia a casa de mi amigo Gabriel, pero me parece un poco lejos. Mientras tanto, tengo una cita a ciegas con la amiga de una amiga que vive temporariamente en un pueblito de 745 habitantes cerca de Lago Maggiore llamado Gignese. Quedamos de encontrarnos en la estación Garibaldi, en Milán. Para reconocerla, me dijo por email que ella tiene cabellos castaños oscuros y largos, ojos celestes, y que llevaría una gorra rojiza y pantalones negros. Me esperaba al mediodía, pero llego tarde gracias al maldito transporte público.
El tren que podía dejarme en Garibaldi pasaba por el andén número 6. Sería un viaje perfecto de apenas 6 minutos. Lástima que el acceso a ese andén estaba cerrado al igual que la billetería. Opto por el tranvía y tardo al menos media hora. Cuando llego a la estación, mi cita a ciegas está entretenida comprando ropa en una tienda.
Se llama Anne, graduada en pedagogía, física y musicología. Hay gente que no se cansa de estudiar. Finalmente me confiesa que no piensa seguir estudiando... apenas termine los dos años que le faltan para obtener su doctorado en física. Da clases de inglés para niños y estudia italiano de manera autodidacta, hablando con cualquier italiano que se le cruce en el camino.
Almorzamos y caminamos por Milán. Habla con soltura y ríe con facilidad. Le pregunto con quién piensa pasar Navidad. Sola, pero ya no más. Tomamos juntos el tren hacia Lago Maggiore.
En Gignese hace bastante frío. La nieve no se derrite al sol. En casa de Anne, hace frío pero no hay nieve. Tampoco hace falta una heladera. Dormimos bajo 5 mantas hasta que la calefacción empieza a hacerse sentir, a eso de las 10 de la mañana. Al menos estoy en buena compañía.
Pasamos el fin de semana paseando por los lagos y almorzando en buenos restaurantes. Cenamos en casa, aprovechando el calor de la cocina para aumentar la temperatura del ambiente en casi un grado. Afuera hace -3 C. Adentro, tal vez unos 9 C. Al parecer los propietarios del edificio nunca escucharon hablar de la importancia de un buen aislamiento térmico.
Cena de nochebuena en Verbania, siempre sobre el Lago Maggiore. Casa de unos amigos multiétnicos de Anne: una chica de Noruega, su marido de Wisconsin y la hija de ambos, de 7 años. Para seguir con una Navidad atípica, participamos de una breve ceremonia Zen, cenamos con esta familia muy hospitalaria y terminamos la noche en el club de los Alpini tomando chocolate caliente y vin brulé con panettone. Hay luna llena pero no se escucha el aullido de ningún lobo.
Martes. Hora de despedirse con un cálido abrazo en la fría estación de Stresa. En Milán me entero de que mi vuelo con Alitalia ha sido anulado. Me ofrecen un vuelo esa misma noche desde otro aeropuerto. No sé si tendría que haber aprovechado la oportunidad para quedarme unos días más. Finalmente decido partir. Al menos viajo en business y la comida es buena. Dejo atrás la risa fácil de aquella Monalisa.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Niebla

10 de diciembre. Viviendo en una ciudad soleada como Madrid, a veces casi siento un poco de nostalgia de la lluvia y de la niebla milanesa. Sin embargo, una vez que la veo la nostalgia no suele durar ni un par de minutos.
En Lisboa tuve un bocado de bruma marina, aunque pasé más tiempo en el aeropuerto que en los bares del Bairro Alto. Milán fue menos acogedora: frío, llovizna, niebla y menos gente gracias a los que aprovecharon el feriado de Sant'Ambroggio para hacer miniturismo.
Viernes a la noche, cena en la Comuna Baires: empanadas, bife alto y malbec sanjuanino. Alessandra me avisó para que trajese los zapatos de baile, así que ensayamos un par de ochos en el rincón más discreto de la pista. Todo salió bien. No nos vio ninguno de nuestros amigos.
El sábado en horario de matiné fuimos con Paola a ver "Novecento", el monólogo de Baricco actuado por D'Elia, acérrimo rival, por motivos que ignoro, de mi vieja escuela de teatro. "Non sei fregato veramente finché hai da parte una buona storia e qualcuno a chi raccontarla". Y la historia que cuenta es una buena historia, bien escrita y terminada con precisión geométrica. Como autor de teatro, Baricco es un gran arquitecto.
Sábado a la noche, cumpleaños de Carmen. Lloviznaba. Camilla me preguntó si no sentía frío con mi ropa de media estación. Probablemente. La noche no estaba para ropa de algodón.
Domingo, almuerzo con Akil y Clo: pasta ai gamberi, fiori di zucca e zafferano, tartar di tonno y un sangiovese ligero que combinaba bien con pescado. Una buena conversación sobre cómo obtener financiamiento para proyectos de desarrollo, la vida en Holanda, cómo valorizar la propia experiencia, cómo ganar amigos e influir sobre las personas y otras lecciones de manual mientras bebíamos té de montaña albanés.
Y a seguir comiendo. A la noche, sushi con Federico, Alessandra y Fernanda en un local de alto diseño. Una pareja mostraba su mutuo afecto con gran desenvoltura, rayando lo indecente. Para llamar un poco más la atención, dejaron caer una copa al piso. Al menos hablaban en voz baja. Cuando hablaban.
Para teminar la noche, un tanguito con Alessandra, ya de principiantes con un poco más de soltura y sin llevarnos a nadie por delante. Me convenció para que vaya tanteando las milongas de Madrid.
Lunes otra vez. Hora de la verdad. Luego de 5 meses de espera, finalemente obtengo mi pasaporte y ya soy libre de dejar la Unión Europea y estados asociados. En mi declaración me había olvidado de señalar si tengo hijos menores a mi cargo. Les juré que no y me creyeron sin más explicaciones, como cuando uno tiene que responder el formulario para entrar en Estados Unidos a preguntas como "Es usted terrorista?", "Se ha visto involucrado en actos genocidas?" o algo así.
Para volver a Madrid, el vuelo salió con retraso. Motivo? Niebla. Confieso que ya no la extraño. Volví a casa con un fuerte resfrío.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

El hombre biónico

En principio estaban preocupados con el clima, preguntando si por esta época hace mucho frío en Madrid. Luego preguntaron si en mi casa hay camas suficientes. Después quisieron saber si en el baño de mi casa hay bidet. Cuando les dije que sí a todas sus preguntas, dejaron pasar un tiempo hasta que un buen día decidieron renovar sus pasaportes. De sacar pasajes para venir en Navidad, ni noticias.
Unos días más tarde me dijeron que los nuevos pasaportes recién estarían listos antes de Navidad. Finalmente, mis padres encontraron una buena excusa para no venir a visitarme para las fiestas: a mi padre lo operaban del fémur el viernes 30 de noviembre.
En parte era esperable. Osteoporosis. Ya lo habían operado del otro fémur. Le colocaron una prótesis que funciona perfectamente, pero al cabo de un tiempo empezó a notar que la otra pierna tampoco respondía muy bien. Finalemente le recomendaron operarse antes de Navidad.
No encontró muchos problemas para encontrar donadores. Donó su propia sangre, en señal de autosuficiencia, unas semanas antes de la operación. Mi viejo es tan autosuficiente que la segunda vez que donó medio litro de sangre, decidió ir y volver a casa solo y manejando. Faltaba que luego se le diese por jugar al tenis...
Al menos llegó a casa bien. Subió las escaleras, fue al baño, y se desmayó silenciosamente (el alboroto no es lo suyo), pegándole un buen susto a toda la familia. Por suerte no se quebró ningún hueso. Hasta en eso es duro.
La operación quirurgica duró cuatro horas. El equipo de cirujanos hizo un trabajo impecable. Dos días mas tarde mi padre conseguía ponerse en pie. Se lo escuchaba muy contento al telefono. "Ahora ya parezco el hombre biónico!", me dijo.
Espero que guarde un poco la calma, se dedique a la lectura, la escritura y al buen comer.
Espero que no se le ocurra inscribirse en la maratón de la ciudad.

jueves, 6 de diciembre de 2007

In England's green and pleasant land


25 de noviembre. El sol raramente brilla en las verdes colinas sobre Chilford. Después de haber ensayado la primera presentación sobre cambio climatico en una vieja mansión campestre, salimos a respirar un poco de aire, a caminar por el sendero embarrado que cruza las caballerizas hasta una colina cercana donde ya no hay senderos. El tiempo es agradable. El sol del otoño en la cara nos invita a dormir la siesta. Sin embargo, apenas nos recostamos un poco en algun arbol ya se hace la hora de volver. El sol desaparece con rapidez.
A la noche salimos a cenar por Guilford. En la mesa vecina un grupo de gente nos llama la atención. Peinados platinados que recuerdan a los cantantes de ABBA, sonrisas de publicidad, discretos tonos de voz, todos prolijamente vestidos segun la moda de los tardios '70.
Después de cenar, cuando finalmente dimos con el camino de vuelta a nuestra provisoria mansión, volvemos a las discusiones sobre el calentamiento global. Paradójicamente, afuera hace bastante frío.
Veamos los posibles escenarios. Las verdes colinas de Inglaterra e Irlanda puede que se vuelvan un poco mas amarillas. Tal vez se produzcan crisis de identidad y tengan que cambiar la letra de algunas canciones y hasta el color de la bandera.
El mercado para los fabricantes de equipos de aire acondicionado esta practicamente garantizado. El millon de ingleses que vive en el sur de España se preguntaran desde cuando esa región es parte de Africa. Tal vez vendan sus casas para invadir masivamente Biarritz. Perfecto. Hemos identificado una gran oportunidad de negocios.
Que el sol va a ser cada vez mas fuerte? Entonces se puede invertir en silicio para construir paneles solares. Polonia producirá un buen vino tinto. Se podrá cruzar la Amazonia en camello. Menos gente morirá de frío y se quemará menos leña durante el invierno. No todo está perdido. El cambio climático puede que no sea malo para quien ama los cambios.
Hora de dormir en la mansión de Surrey. Tenemos un baño a compartir entre seis personas. No sé si es una forma de ahorrar espacio y energía, pero es un tanto incómodo.

viernes, 9 de noviembre de 2007

París bien vale una misa


2 de noviembre. París no fue un caso de amor a primera vista. La visité por primera vez durante unas vacaciones familiares cuando tenía 18 años. Recuerdo haber notado adolescentes besándose sin entusiasmo y fumando con la mirada perdida, un metro nauseabundo, los turistas abarrotados en cada esquina, la mala comida en el hotel y su insolente jefe de cocina ajeno a cualquier idea de customer service, los chubascos de cada día al caer la noche y la omnipresente estructura fría de la Tour Eiffel. Me parece que los dos mejores recuerdos de esa visita fueron el estar solo con mi padre una tarde soleada en Montmartre, mientras el resto de la familia hacía compras, y el poder ver Jour de Lenteur de Tanguy en el Pompidou.
Las siguientes visitas me fueron cambiado mis impresiones. Fiestas en casa de amigos, escuchando a Jorge Ben y degustando esa moqueca de camarão que preparó mi amigo Dante justo antes de que yo cerrase la puerta de casa con la llave del lado de adentro, aquella cena con Natalja en el restaurante Julien y el encuentro para ir juntos al D'Orsey justo el día que estaba cerrado, otra vez que terminé tocando música funk en el subsuelo de un pub, una tarde con Paola y otros amigos en el museo de Arts et Metiers, la misa en la Madelaine un día antes de que Connie diera a luz a Zoë, aquella fiesta de cumpleaños con Naia y Olivier, las largas caminatas solitarias sin guías y sin rumbo definido, en primavera y en otoño, por los jardines, cementerios, patios internos y puentes sobre el Sena. Decir hoy que París me gusta es ser tacaño con los elogios.

Viernes a la noche. Me cuelgo hablando con Julia en su casa de muñecas (minúscula pero bien ubicada) hasta que se nos hace tarde. Paola me espera con sus amigas abogadas en un restaurante bizarro para comer fondue de queso y beber vino en biberón. A quién se le ocurre. Practico mi francés primitivo con Leia y vuelvo a casa de mi anfitriona, a ponernos al día con vino, queso y la música de Francis Cabrel. Sábado no muy temprano salimos a comprar provisiones: queso y vino. Almorzamos religiosamente escargot y canard frente a una iglesia. Decimos nuestra oración antes del primer bocado: la vida es demasiado corta para tomar vino de baja calidad. Amén.
El domingo finalmente conozco a Zoë y a Maïa, las hijas de Connie y Marce. Mateamos y comemos panqueques con dulce de leche. Nalbandián le acaba de ganar a Nadal. Tarde argentina, lo que se dice. Bien vale una misa de acción de gracias.

sábado, 20 de octubre de 2007

De Mudanza (2)

17 de octubre. Día de la lealtad peronista.
A la hora del almuerzo salgo de la oficina y voy directamente a casa. Me caliento un plato de sopa y espero. A las 14 supuestamente llegaba el camión de la mudanza con mis cosas. Le llevó como media hora para encontrar lugar para estacionar, media hora para descargar las 13 cajas y dejarlas en la portería y otra media hora para subirlas hasta el living de casa.
Firmo el recibo y cierro la puerta de casa.
Momento feliz.
Lo primero que hago es abrir las cajas, desembalar el equipo de música y poner un CD de Macy Gray. Ya entrado en ritmo, desempolvé unos 20 kg de libros, busqué lugar para las especias de la India, el wok-sartén, el equipo de montaña, el futon para las visitas, el mandala tibetano que ya tengo colgado en la pared, láminas japonesas sin enmarcar, ropa de invierno que ni me acordaba que tenía, un sobretodo con más arrugas que una anciana colla, zapatos más o menos gastados, pomadas y cepillos para lustrarlos, sábanas, colchas y almohadas, el piumino para un invierno menos frío que el de Milán, los platos de sushi y un juego de té, fotos añejas y varias cosas inútiles que ocupan bastante espacio como cortinas para un balcón que no tengo.
Terminé de desembalar todo a la noche, después de haber trabajado unas horas, ido a un curso, y cenado. Mi cuarto está atiborrado de cosas y así me parece más cálido.

lunes, 15 de octubre de 2007

Visitando a Don Miguel

13 de octubre. Después de desayunar con calma, desperezarme con calma y almorzar con calma, me encaminé tranquilamente a la estación de Nuevos Ministerios. Ahora que lo pienso, no sé quién le puso ese nombre a una estación. Alguno a favor del aumento de la burocracia.
Demasiado tarde para ir lejos, fui a visitar Alcalá de Henares, cuna según dicen de ese manco que escribió un libraco acerca de un loco que se las arregló para vivir aventuras de caballeros, visitar mujeres de vida ligera y otros personajes manchegos sin gastar un cobre y en compañía de un asistente gordito. Dicen que el manco murió el mismo día que Shakespeare. No consta que se hayan puesto de acuerdo por email.
Volviendo a Alcalá (o mejor dicho, llegando a Alcalá), me di cuenta de que cada vez anochece más temprano.
No tenía mucho tiempo para visitas culturales. Vi un edificio interesante y me metí. Era el Museo Cisneriano, un palacio ecléctico que reune en forma armoniosa restos de otros palacios en demolición, un cuadro del rey Enrique II con la cara de su antiguo propietario y una biblia políglota escrita por un sabio condenado a la hoguera por haberle dado más importancia al arameo que al latín, y salvado por la intervención del rey Don Felipe. Parece que su alteza no quería que su proveedor de biblias terminara asado a la parrilla como San Lorenzo.
Nuestra guía era una estudiante de historia de nombre Sabrina. Cara de haber dormido poco pero aún así derramaba simpatía. Un par de errores gramaticales y un acento extraño delató que no era del lugar. Viene de Argelia.
Siguiendo la tradición de viajar sin guías, seguí dando vueltas al azar. En una plaza, dos chicas tocaban melodías clásicas con un arpa y un violín. O con un arpa y una guitarra. Un arpa había, de eso estoy bastante seguro.
En la calle mayor dos titiriteros entretenían a los pequeños, y una multitud caminaba de una punta a la otra por el placer de caminar.
Pasé por la casa de Don Miguel pero al parecer no estaba. Creo que se fue a Argelia con la guía del Museo Cisneriano. Esta vez el manco no piensa pedir rescate.

lunes, 8 de octubre de 2007

De Mudanza

Hace una semana conocì a la representante de una empresa de mudanzas en un evento empresarial. Visto que no le podìa vender nada, fui màs a temas personales. Les pedì un presupuesto para ver si me ayudaban con mi propia mudanza desde Milàn. Ni lerda ni perezosa, el primer lunes de octubre me avisa que no habrìa problema en hacerla esta misma semana. Le pedì que me confirmase la fecha asì sacaba pasaje. El martes me preguntò si yo podìa estar en Milàn al dìa siguiente. Llamé a un colega a ver si me conseguìa un pasaje, ya que yo estaba en un evento fuera de la oficina. Me dijo que sì. Y a la hora de la cena aterrizé en el aeropuerto de Linate.

3 de octubre. El camiòn de la mudanza llegò a las 8:40, apenas 10 minutos tarde. Paola se levantò al rato, por màs que nos fuimos a dormir tarde. Como de costumbre, nos quedamos hablando sin fijarnos la hora.
A las 9:40 todas mis cosas estaban en el camiòn. No eran muchas. Una docena de cajas.
Desayuno con calma.
Paso a ver si mi pasaporte està listo.
Italia.
Aùn no lo han hecho. En agosto no han trabajado, y en septiembre no se sabe qué han hecho. Paso por el banco pero las puertas estàn cerradas. Me fijo la hora y confirmo que tendrìa que estar abierto. Alguien dice que los empleados estàn reunidos en una asamblea.
Italia.
Tarde de aperitivos. Me encuentro con dos chicas de teatro, Camilla y Carmen. Vamos a las columnas de San Lorenzo a tomar algo. Allì organizaban juegos al aire libre. Habìa tableros gigantes de damas y de ajedrez, otros juegos de plàstico y mesas para sentarse. Nos turnamos para jugar cuatro en lìnea en esquema dos contra uno. Camilla ganò siempre, y Carmen apenas cuando jugò con Camilla. No hace falta decir còmo me fue. En otro juego de adivinanzas tenìamos que hacer preguntas para descubrir qué éramos segùn la carta que llevàbamos sobre la cabeza. Una pareja nos vio jugando y se sentò a jugar con nosotros. Gente simpàtica.
Esta vez Carmen tuvo su desquite. Su primera carta llevaba escrito "Sono una patata". La ùltima, "Sono una serpente". No le costò mucho descubrirlo.
- Sono la campionessa!

Camilla me dijo que justo esa noche nuestra escuela de teatro organizaba una fiesta en un bar cercano. Caì sin avisar, detràs de las dos muchachas. Nadie me esperaba y yo no esperaba ver a los viejos colegas de actuaciòn esa noche. Ni a Silvia, que adelgazò 15 kilos y luce radiante. Ni a su novio, que sigue tan simpàtico como de costumbre.
En el bar se oìa jazz envasado y al vivo. Un pianista improvisaba "My favorite things" mientras miraba absorto un cuadro. Con Roberto y con Karim filosofamos sobre las mujeres, como se suele hacer cuando hay amigos, cuando se escucha buena mùsica y cuando se tiene una copa en la mano.
- La ùltima relaciòn que tuve me marcò. Era interesante para hablar, inteligente, buena persona. Pero fìsicamente no me atraìa.
- Y cuando una mujer no nos gusta no podemos fingir. Las mujeres sì pueden.
- Ahora me cuesta engancharme otra vez. Ahora busco algo serio.
- Yo es la primera vez que duro tanto con una chica. El otro dìa ella me preguntò si tenìa ganas de salir y le dije que preferìa quedarme en casa. Ella me confesò que en verdad tampoco tenìa ganas de salir. En una pareja una situaciòn asì ya serìa una crisis.
- Mi error es ser demasiado amigo de las mujeres.
- Es verdad. Mejor pasar por atrevido que por buenazo.
- Para mì, cuando una mujer es una amiga, es sòlo una amiga.
- Mis ex me dan fastidio de solo verlas.
- Ah! Mis ex....
Me despedì tres veces antes de irme de la fiesta. Llegué tarde a casa. Paola dormìa. Al alba me levanté para tomar mi aviòn de regreso. Esta vez me fui sin despedirme.

domingo, 30 de septiembre de 2007

Menina Veneno

24 de septiembre. En Brasil solíamos hacer senderismo un par de veces al mes, generalmente no muy lejos de San Pablo. A veces llegábamos hasta algunas cascadas en Minas Gerais o hasta viejas rutas de esclavos en el Estado de Río, entre la selva atlántica y la sierra. La última excursión en Brasil fue por la chapada Diamantina, en Bahía, caminando descalzos con nuestro guía Florisvaldo quien, como guía, era un excelente cocinero.
En todas esas excursiones, nunca tuvimos problemas con la fauna local salvo por alguna picadura de mosquito o por varias de los pequeños e insistentemente voraces borrachudos.
De las reuniones campestres del fin de semana, tampoco recuerdo grandes problemas. Lo más grave e impúdicamente cómico fue una vez en la quinta de Renato en la que André, nuestro amigo chef, se encontró a una garrapata aferrada a su escroto. Debió recurrir a un cigarrillo para quitársela.
Se puede vivir por la campaña brasileña sin ningun problema, La hermana de Renato, Lía, vive en el cerrado y nunca tuvo problema con ninguna bestia, ni siquiera con las bípedas.
Pero no hay que fiarse demasiado. La hermanita de Renato, Julia, pequeña actriz de obras de Nelson Rodrigues, no solía internarse en ningun sendero. No solía hasta que su actual novio, el fin de semana pasado, la convenció para hacer una excursión a Boiçucanga. Un sendero sin inconvenientes, salvo por una mordida de jararaca.

La jararaca es la segunda víbora más venenosa de Brasil. El efecto del veneno de jararaca es anticoagulante, así que la víctima sufre hemorragias que pueden causar la muerte. Lo peor que puede hacer uno al ser picado es acostarse, porque entonces el veneno se extiende fácilmente al resto del cuerpo. Me han dicho que los nativos se curan con aceite de burití, un remedio ancestral que los sabios nativos, ignorantes de las normas internacionales de propiedad intelectual, no han patentado. Para eso estarán los nobles investigadores de algún respetable laboratorio o centro del saber. Después de todo, esa es la ley de la jungla.

Volviendo a Julia. Su novio, el héroe del momento, la cargó durane una hora por el sendero hasta llegar al pueblo en donde le suministraron la primera dosis de suero. Luego la llevó al instituto Butantã, en San Pablo, para que le suministraran la dosis completa. Allí la internaron. Allí se recuperaba este martes después de la mala pasada. Allí ganaba un nuevo apodo: menina veneno.
Como en esa empalagosa canción de Ritchie: "Menina veneno / o mundo e pequeno demais pra nos dois"...

sábado, 22 de septiembre de 2007

Las gallinas ya no ponen huevos blancos


22 de septiembre. Noche de blanco en Madrid. Noche de muestras y espectáculos de las 21 hasta las 7, siguiendo el giro de noches blancas en toda Europa. Ya fue el turno de Riga y de Roma, y hoy le toca a Madrid.
Marco se fue a El Prado a seguir con su maratón turística. Noe se fue a la búsqueda de huevos blancos. Ya estuvo en dos lugares y hasta ahora no los ha encontrado. Empezamos a sospechar que hay algo raro detrás de este hecho. Algunos almaceneros dicen que les han ofrecido huevos blancos pero que no los han aceptado. No suena creíble. Dicen que se puede elegir entre huevos de gallinas criadas sueltas, huevos ecológicos, huevos industriales, huevos grandes y medianos, pero no entre huevos colorados y blancos ya que los últimos han desaparecido. Tal vez los usen para la noche de blanco.
Sigue sonando raro. En los almacenes de los chinos se encuentra de todo. Papel higiénico blanco, harina blanca, papel blanco y queso blanco. Pero los huevos son colorados como un ladrillo.

Por quien doblan las campanas


16 de septiembre. Marco cayó a casa con una botella de vino, medio kilo de parmeggiano, una botellita de licor y chocolates belgas. Que sirva de ejemplo para las próximas visitas.
Después de intentar hacerle de guía por Madrid, decidí acompañarlo a Avila provisto de una buena guía: la que llevaba Marco.
Una buena siesta en el tren de ida, un paisaje bastante amarillento y una no muy breve caminata hasta las viejas murallas.
Encontramos una pareja de argentinos que decidió no entrar a la catedral. Tal vez no estaban dispuestos a pagar los cuatro euros de entrada para ver uno de los mejores tesoros de la ciudad.
Un grupo de ancianos franceses que hacen el camino de Santiago se nos cruzaba en cada esquina con sus palos de caminar y sus pañuelos azules.
Grupos de turistas religiosos entraban en algunas iglesias como si fuera una cadena de montaje: primero una breve ceremonia en alemán, luego otra en italiano, luego otra en portugués, etc. Muchos turistas no entienden la regla básica de no disparar con flash contra las pinturas. Una placa en una esquina homenajeaba a Franco, defensor de las tradiciones, de la monarquía y de la fe. No sé qué habría pensado Santa Teresa al respecto.
La chica que vendía entradas para caminar sobre las murallas nos obsequió su mejor sonrisa. Una mujer de Singapur le sacaba fotos a un grupo de niños españoles en Cuatro Postes, con la ciudad amurallada como telón de fondo.
No se ve mucha gente por la calle un domingo, salvo turistas y algún anciano.
Antes de irnos pasamos por la iglesia extra muros de San Vicente durante el llamado a la misa de las 19. No podíamos irnos de Avila sin oir el repique de las campanas.

jueves, 13 de septiembre de 2007

Questo piccolo piccolo mondo

1 de septiembre. En mi ciudad el cafe' fue una vez definido como escuela de todas las cosas. Sin cafe', una ciudad me es ajena. Mesitas de estilo, clientela reconocible, tortas y masas de manteca, un libro, revista o periodico, algo de madera, de hierro y de cristal.
Desayuno en el Cafe Lumiere de Turin, temprano y sin apuro, con tetera de porcelana, torta casera y el diario sobre la mesa, musica clasica y aroma de cafe'. Se esta' mejor que en Milan, salvo que aqui no conozco a nadie ni tengo ningun amigo.
Paso por una libreria especializada en el lejano oriente. Libros sobre China, Japon y Corea. Compro fruta en la feria, medias de oferta y un par de camisas, menos caras en esta epoca. Nadie me pregunta de donde vengo, como si ya estuviera en casa.
Pero es la primera vez que visito esta ciudad.
Camino toda la tarde, vuelvo al hotel, me ducho y estreno una camisa. Ceno solo.
Despues de cenar voy al cine a ver 'Le vite degli altri' (Das Leben der Anderen), que todavia no habia visto. No hay poca gente en la sala, ni tampoco esta' llena. A mi lado se sienta una pareja que llega apenas antes de que empiece la pelicula. En el intervalo los reconozco. Al menos a el.
- Disculpe, por acaso usted no vivio' un tiempo en Buenos Aires?
- Si...
- Y trabaja usted en la empresa X?
- Si...
- Entonces iba a bailar tango a La Viruta?
- A veces. Pero no me acuerdo de usted.
- Yo era uno de los que se sentaban en su misma mesa.
- Ah. Y vive ahora en Turin?
- No, es la primera vez que vengo.
- Viene por trabajo?
- No exactamente.
- En que trabaja?
- Trabajo para la Stasi - respondi' como para mezclar el guion de la pelicula con nuestra conversacion. La situacion se prestaba.

domingo, 26 de agosto de 2007

Epílogo

26 de agosto. No me puedo quejar. Debería hacer calor pero agosto ha sido un mes fresco. Está algo nublado y corre una brisa ligera. Ayer anoche llovió. Hoy es domingo y el barrio parece desierto. Una cafetera humea en la cocina. Café para las visitas, mate para mí. Desayuno y escribo.
Hace ya dos meses que he vuelto de la India. O sea, casi dos meses desde que se terminó mi año sabático. Desde entonces me he despedido de Ljubljana y de Milán, he pasado el cumpleaños de mi padre entre Carcassonne y Perpignan, comiendo magret de pato, queso de cabra y paté de foie, y he festejado mi cumpleaños en mi nuevo hogar, en Madrid. En otras palabras, sigo yendo de un lado para otro.
Hace un tiempo mi padre me recomendó que leyera a Sandor Márai. Casualmente fue poco después de haber pasado por su ciudad natal, Kosice, y hasta de haberle sacado una foto al monumento que le hicieron sin saber entonces quién demonios era ese tipo. Hoy su novela “Confesiones de un burgués” yace sobre la mesa de la sala. En la contratapa está escrito que Márai escribió esta novela de formato autobiográfico cuando tenía 34 años. Casualmente, mi misma edad.
Habla de sus muertos, los que viven en sus gestos, en su cráneo, en su manera de fumar, de hacer el amor, de alimentarse. “Como y bebo ciertas cosas por encargo de ellos.” Siguiendo con el mismo tema, ayer pasamos tarde y noche sentados frente a la pantalla de plasma, con mi nueva coinquilina y con una amiga suya, viendo viejos capítulos de una serie que tiene que ver con los muertos. “Six feet under”, sobre una familia que tiene una funeraria. El padre muerto es una presencia constante. Cada miembro de la familia lo sueña y dialoga con él. También dialogan con otros muertos, que les hacen ver situaciones de sus vidas con otros ojos.
Vuelvo a Márai. “La ‘personalidad’, lo poco que tú mismo te añades, es una nimiedad en comparación con la herencia que los muertos te dejan. Personas que ni siquiera he llegado ha conocer sobreviven en mí: se ponen nerviosas, escriben novelas, albergan deseos y luchan contra sus miedos en mí. Mi rostro es la copia exacta del de mi abuelo materno; las manos las he heredado de la familia de mi padre; mi temperamento es el de algún antepasado materno. En momentos determinados, cuando me molesta algo o tengo que tomar una decisión repentina, probablemente pienso, hablo y actúo igual que habría pensado, hablado y actuado mi bisabuelo materno en su molino de Moravia hace 70 años.”
Condicionados por lo que ha muerto y no ha muerto. Mi año sabático se ha terminado y ahora lo voy digiriendo poco a poco. No he cambiado ni de religión, ni de valores, ni de personalidad. Ni siquiera de dieta o de hábitos. Hoy peso lo mismo que antes de iniciar mi viaje. Hablo, como y actúo como la persona que fui antes de haberme ido. Respondo a su mismo nombre y soy dueño de todas sus cosas. Sus amigos son los míos y mía es toda su familia. Trato de llevar adelante sus proyectos de vida y relato mis pasos en su blog.
Tal vez debería crear un nuevo blog o al menos cambiarle el título. Como en una película: “El regreso del viajero”, o el de una serie: “El viajero, segunda temporada”.

miércoles, 18 de julio de 2007

Rosebud

2 de julio. Como en Citizen Kane, todo termina donde empezó, al este de Gorizia y al sur de los Alpes. En Ljubljana el tiempo es indeciso y los pronósticos de los servicios meteorológicos de Eslovenia y de Alemania nos dan información contradictoria. Uno dice que lloverá en las montañas, y otro que hará buen tiempo. Nos limitamos a observar los cambios climáticos. Se ven nubes sobre las cumbres pero al final despeja. Y cuando despeja, ya es demasiado tarde para salir de casa, asi que con Gabriel nos dedicamos a comer, a matear, a ver y a escuchar noticias argentinas por internet.
Pasan tres dias de inactividad, salvo por la observación de nubes y el mantenimiento de las tradiciones: cocinar, comer, escuchar la rock&pop, matear, hacer planes y birrear con moderación. Al cuarto día, después del almuerzo, decidimos probar suerte por la colina de Smarna Gora. Gabriel carga el equipo de escalada y yo apenas los mapas. Es que la India me ha debilitado. Buscamos unas paredes fáciles de subir pero no las encontramos. Después de dos horas de caminata entre la ruta y el bosque, desistimos. Subimos a pie a una torre y bajamos por el bosque hasta la ruta a casa. Nada como una buena cena para recuperar energías.
Por internet busco ofertas de casas con terrenos a la venta y Gabriel piensa cómo montar su empresa de turismo. También intenta convencerme para que busque una chica eslava. Gran novedad, piensa comprarse un auto. Si es que no quema sus ahorros en más equipo de montaña.

Recuperando la identidad

29 de junio. Pasé el domingo en casa, experimentando recetas indias con algunos amigos como cobayos: Paola, Alessandra, Ros y Giuseppe. Temo haber exagerado un poco con las especias. El lunes dejo de ser un indocumentado. Tramito la carta d'identita', cambio mi domicilio, pido una nueva Bancomat, compro un nuevo celular con un nuevo numero de telefono que funcionará luego de un par de días. Paso por la oficina para saludar a los colegas y a leer los 1300 emails que se acumularon en la casilla de entrada. Compro varios tipos de queso y preparo pan al horno. Estoy de vuelta en mi universo gastronomico: fontina, bresaola, songino, rucola, nero d'Avola, tortellini, pizza quattro stagioni, carciofi y otras delicias. Aperitivo para despedir a una colega que quiere dedicarse al altruismo. No faltan mujeres atractivas. Con dos copas de vino supero mi consumo de alcohol de los últimos dos meses. En la metro escucho el familiar anuncio del proximo paro de transporte. En la estacion central no encuentran una conexion de tren que sin embargo existe. Aún me quedan unos días de vacaciones y extraño el traqueteo de un tren.

Il Ritorno

25 de junio. Hora de juntar las cosas e irse. Quedé con un taxista para que me lleve al aeropuerto a las 5 de la mañana pero no apareció. Por suerte encontré a otro que me llevó por el mismo precio y me quedé con suficientes rupias en los bolsillos para desayunar.
El impacto cultural al subirme al avión de British Airways fue mínimo. La comida y la mayor parte de los pasajeros eran indios, pero al menos pude saborear la primera copa de vino francés en meses. En Heathrow por fin me sentí de regreso. Lo más multicultural y moderno que he visto después de la metropolitana en Delhi.
En Milán me esperan temperaturas moderadas, los aperitivos al aire libre, y comida con sabor a casa. Todo me gusta. Hasta los mosquitos me caen simpáticos. Bueno, no exageremos.
Aperitivo con Paula, mi querida anfitriona, una querida pizza y una querida ducha. No duermo mucho. Amanece temprano y duermo con la ventana abierta.
La sensación de volver es ligeramente extraña. Pareciera que el tiempo no hubiese pasado, y sin embargo siento un hueco temporal. Me pregunto si al año sabático no me lo soñé.

viernes, 22 de junio de 2007

Luz verde para salir

21 de junio. Desayuno solo en el hotel. La pareja de argentinos se fue ayer, asi que esta vez no desayuno con mate y galletitas. Opto por te' verde, pan con manteca y miel y un libro de Rohinton Mistry. "A fine balance". Voluminoso pero de lectura rapida. Historias cruzadas en una gran ciudad de la India en 1975, durante el estado de emergencia declarado por Indira Ghandi despues de ser acusada de fraude electoral. Retrato de una India poco democratica.
Leo tristes historias de la India despues de escuchar las tristes historias que me contaron estos argentinos instalados en Barcelona. Viajaron por tierra desde Mejico a Buenos Aires. De todos los paises por los que pasaron, donde les hicieron mas problemas, ademas de los insistentes controles policiales y la falta de transporte publico en la Venezuela chavista, fue en Argentina. Los paraban a cada rato. Una vez el chofer del autobus les pasa el numero de sus asientos a los gendarmes y estos van directamente a buscarlos. Son los unicos con pinta de extranjeros. Ella viaja con pasaporte español. Los gendarmes les hacen bajar y les revisan todo. Nada grave, al final de cuentas.
La peor historia que me cuentan es la que pasaron un mes antes de irse a España. Estaban en Zarate. Ella con una amiga, tomando mate en frente de un parque. Nadie por la calle. Aparece un tipo armado y les pide que bajen la barranca con el. No se interesa por los bolsos ni les pide plata. La amiga se congela. Ella le dice que no, que no baja. Prefiere que la maten a que la violen. Finalmente el tipo opta por llevarse los bolsos y salir corriendo.
Los del otro lado del parque no salen a socorrerla. Tienen un acuerdo: no hacen denuncias, y los crimenes se cometen en otro lado. El padre de una amiga les ayuda a investigar y dan con el paradero del ladron/violador. Hacen la denuncia a la policia con todos los datos. A los tres meses, se enteran de que el caso se ha cerrado por falta de pruebas.
A la semana de irse, esta chica sufre un intento de robo a mano armada. Se escapa pedaleando su bici y el ladron no le dispara. No me extraña que hayan emigrado.
Pese a todo, me cuentan que quieren volver a Argentina a tantear si ahora da para volver.
Yo apenas me aseguro de poder salir de la India. Despues de almorzar voy al registro para extranjeros. Espero por una hora, hablo con una mineira que esta' trabajando en un laboratorio, con un ruso que espera que le extiendan una nueva visa y con un ingles vestido de pescador. Luz verde. Este sabado vuelvo a Italia.
A la vuelta en Majnu ka Tilla me encuentro con otra chica del hotel, una polaca de Wroclaw a la que tambien me cruce' en el Registro para Extranjeros. Me cuenta que se va a Ladakh. Le convido un poco de fruta seca de Ladakh, como para que vaya tomandole el gusto, y le paso datos utiles de donde parar y que' ver.
Me queda un dia para recorrer la ciudad. Apenas he visitado Bodh Vihar, la residencia, el bazar y el templo ladakhi. El padre de sTanzin trabaja en la secretaria. Me convida con te' que tomamos sentados en el cesped. Le cuento las buenas impresiones que me lleve' de Ladakh y de su gente. En el templo admiro los frescos sobre la vida de Siddharta mientras pasan unas charlas del Dalai Lama por los altoparlantes. Alguien le pregunta que' piensa sobre la posibilidad de un proximo cataclismo. El Dalai dice que no sabe. Que si saben de algun cataclismo en algun lugar, mejor que vayan a otra parte. Y si es universal, entonces no hay que preocuparse. No se puede hacer nada para escapar. Y se rie. Un amigo me pregunta de que' se rie el Dalai Lama. Se lo habra' recomendado el medico. O tal vez escucha cada mañana los chistes del negro Alvarez.

Majnu Ka Tilla

18 de junio. Las cosas podian salir mal, pero no salieron. El reloj me desperto' con su bip casi imperceptible a las 4:40. El dueño de la posada se levanto' a tiempo para llevarme al aeropuerto. El auto arranco'. Cuando llegamos, el aeropuerto de Leh todavia estaba cerrado. No me hicieron problemas por no tener ticket impreso. Ni por no tener mas que una copia del pasaporte, aunque me hicieron completar un formulario extra. El vuelo salio' a tiempo y pude ver los Himalaya dese tierra por ultima vez.
En Delhi me esperaba una mañana lluviosa y fresca. Ni por asomo los 40 graos que esperaba encontrar. La mochila llego' bien. El rickshaw a la embajada italiana me cobro' poco. En la embajada me dejaron entrar con mochla, aunque obviamente la tuve que dejar en la garita de seguridad. Me atendieron enseguida. No tuve que comprar un pasaporte nuevo. Me dan un documento de viaje gratis. Es todo lo que necesito para salir de la India, ademas del visto bueno de las autoridades locales. Sigo en taxi hasta Majnu ka Tilla, la colonia de refugiados tibetanos al norte de Delhi.
Calles estrechas que apenas dejan entrever el cielo. Gente sentada en la calle, conversando, rezando, canturrenado, esperando que alguien se interese en comprar algo. Un tibetano me pide que le compre algo asi' consigue pagar su ticket a Dharamsala. Hasta para mendigar al menos ofrecen algo a cambio. Busco donde hospedarme y donde comer. Desde mi cuarto se escuchan pajaros. Perfecto. En la caotica Delhi, doy con un lugar tranquilo. No se escucha el transito de la avenida a menos de 100 metros. Del otro lado hay un rio y espacios verdes. Se escucha musica ceremonial desde el templo.
Delhi me dejo' una mejor impresion esta vez. Pasamos por barrios residenciales con grandes jardines, veredas nuevas, menos suciedad, grandes palacios gobernamentales, transito razonable y poca gente caminando por la calle. Me recuerda a veces a San Pablo, pero con 12 millones de habitantes en vez de 19, con un par de milenios mas de historia en sus 7 ciudades. Puede que en 50 años sea una linda ciudad.

lunes, 18 de junio de 2007

Domingo en Leh


Con la parsimonia de siempre, Leh se despierta sin hacer mucho alboroto. Es domingo y muchos negocios estan cerrados, por mas que el bazar parezca bastante activo.
Compro pan kashmir en una panaderia cerca de un arbol sagrado plantado en el siglo XVI. Los pegan como chicles en las paredes de un horno circular hasta que se cocinen.
Me hospedo en la Zom Guesthouse, una posada familiar puesta a nuevo, con su tipica huerta, la abuela sentada al sol y el sendero de piedras que desemboica en una de las calles principales.
Compro especias de la zona, damascos (albaricoques) secos, te' y jabon de tsetalulu, un par de libros y una bolsa de dormir de pluma en oferta: 10% de lo que vale en Europa. Ok, ya cargo demasiado.
Almuerzo tibetano: thukpa, chowmein y kawa (sopa, noodles y te' de cardamomo y canela). Sigo con un lassi de damascos y un jugo de tsetalulu. A la noche, arreglo para cenar con Stanzin, el promotor de Ecological Footprint y un par de amigos suyos. Primera cerveza en meses, palak paneer con un par de roti para acompañar. Ok, tal vez estos nombres no les suenen a nada.
Uno de los amigos de Stanzin, Gygmet, lleva una camisa con la bandera cubana y la imagen del Che Guevara. No se' si es socialista (como si las etiquetas sirvieran de algo), pero le interesa mucho America Latina. Hasta me sorprende por todo lo que sabe. Hablamos de casi todo, de futbol a politica internacional. El viejo sabor de una cerveza con amigos.
Vuelvo por los senderos de piedra hasta la posada. No me quedan muchas horas de sueño.

Foto: aldea de Shara (cortesia de Rebecca S.)

El incio del fin


La vida de aldeano en Ladakh ha sido de las mejores experiencias que he tenido. Vida sencilla, familiar, alegre, calida, inocente, natural. Cantar y silvar por los campos, hacer pausas para beber te', caminar por las montañas intentando no perder el aliento, arropar a un chivito recien nacido, ayudar a preparar la cena y compartir todas las tareas domesicas. Y disfrutar de mucho tiempo libre sea solo o en buena compañia.
El sabado a la noche Gyaltsin preparo' una cena especial por mi despedida: un par de pizzas a la ladakhi: cocinan primero la masa como si fuera un chapati, le agregan la salsa de tomate, queso y verduras locales, albahaca y oregano. La mejor pizza que he probado en este pais.
Ultimo dia. Sylvan, el carpintero de Bristol, intenta con exito subir a una cima cercana. Vuelve casi sin oxigeno. Rebecca tuvo su dia de pastora, de la mañana a la noche subiendo y bajando la montaña con la mujer de Gyaltsin y un rebaño de chivos. Kath toma sol. Steve prueba suerte con el arco y flecha. Yo apenas preparo mis cosas y camino entre las casas. Despues de cenar, le doy la mochila de regalo a Lhamo para que cargue sus utiles escolares. Se despierta, la carga y la pasea de lado a lado de la casa. Me ofrece un pañuelo que regalan como forma de agradeciminento.
Ultimo desayuno en la aldea. 6 de la matina. Gyaltsin me prepara un porridge de tsampa con te', manteca y queso de dimo secado al sol. Rebecca se levanta para saludarme. Saludo a todos los que estan despiertos. Respiro el aire del valle y cargo mi mochila en el autobus a Leh.

Foto: casa de Tashi en Shara (cortesia de Rebecca S.)

martes, 12 de junio de 2007

Vida de aldea


8 de junio. Mi viaje se acerca a su fin pero no me preocupa. Despues de almorzar salimos hacia la aldea de Shara, a unos 60 km de Leh y a cerca de 4000 mts de altura. Ademas de los ingleses se nos suma Steve, un nipo-estadounidense con pinta de cowboy. Es cocinero en Hawai y tiene experiencia en granjas organicas.
De camino hacemos dos paradas. La primera para visitar el monasterio de Tiksey, con algunos frescos espeluznantes de demonios tibetanos. La segunda es para mojar los pies en el rio Indo. Hace calor. Las aguas del Indo son turbiamente azules y frias. Todo lo que necesitamos.
Media hora despues llegamos a la aldea de Shara. Una docena de casas en el valle que conduce al paso de Shara-la, a 4900 mts de altura. Nos alojamos en la casa de Gyaltsin, un simpatico ladakhi de 30 años, su mujer Yangchen, y sus hijos Tenzin, de 11 años, y Lhamo, de 7. Steve duerme primero en el techo de la casa y luego en una hamaca. Los ingleses en una pieza, nosotros en otra y Gyaltsin en la cocina.

11 de junio. Nuestras rutinas consisten en trabajar un par de horas por la mañana y tal vez un par de horas a la tarde. Regar las plantas cambiando el curso de los arroyos, plantar verdurar y preparar los canteros, ayudar a lavar el centeno y ver como lo tuestan y lo nuelen en el molino local. En la pausa tomamos te' con gente que no habla una palabra de ingles y con la que apenas nos cominicamos por gestos o silbando las canciones que ellos cantan.
El resto del dia lo dedicamos a comer, dormir la siesta, jugar a las cartas o al ajedrez, pasear por los campos, jugar y bromear con la gente local, aprender dos o tres palabras en ladakhi, tomar te' con cardamomo y canela o el tipico te' tibetano de manteca (muy bueno para acompañar el pan de centeno) y a practicar tiro al banco con arco y flecha.
La comida es bastante variada: un dia preparamos mokmok todos juntos, otro dia comemos thukpa (sopa de pasta con verduras y porotos), arroz con dal o con lassi de dimo (yak), o sopa con queso de dimo, o tsampa con manteca de dimo que tiene un ligero sabor a roquefort. Hoy vinimos a Leh a comprar provisiones. Pensamos preparar
una cena italiana para la familia.

Leh, Ladakh


6 de junio. Finalmente llegamos a la capital de Ladakh, a 3400 mts sobre el nivel del mar. Paisaje arido y montañoso, con dos cimas a la vista que superan al Aconcagua. Casas de dos plantas, de adobe, piedra y paja. Ventanas de madera trabajadas en estilo ladakhi. Poblacion mayormente ladakhi, una tribu etnica y religiosamente tibetana. Hay tambien bastantes kashmiri con sus comercios de pashminas, alfombras, artesanias, panaderias y barberias. Dos gompas o castillos/monasterio vigilan la ciudad.
La ciudad es bastante plana. Apenas sobresalen algunos lamasterios, una mezquita y el techo dorado del mercado principal. Cada casa tiene su huerta y la mayoria de las familias tiene cuartos en alquiler. Apenas empieza la temporada veraniega y todavia es bastante facil encontrar alojamiento.
Con Philip, el ingeniero de Kerala, esperamos sentados hasta que las mujeres decidan en que posada podemos parar. Seguimos todos juntos al menos por otra noche. Salimos a cenar todos salvo Philip, que tiene mal de altura. Si, cuesta respirar.
Leh es bastante oscura de noche. Hay pocas calles iluminadas y ninguna fabrica o complejo importante. Pocos autos, muchas estrellas. De vuelta a la posada con rebecca vemos una estrella fugaz. Exclamamos un Uaaaau! al unisono.

Al dia siguiente averiguamos para ir a una granja organica en una aldea a las afueras de Leh por medio de la organizacion Ecological Footprint (www.ladakhecologicalfootprint.com). Uno de los promotores, Tanzin, nos dice que hay una posibilidad de salir en grupo a una aldea mañana mismo. Por esa noche nos podemos alojar en su casa con media pension incluida.
A la tarde nos separamos para pasear por la ciudad y hacer compras: anteojos de sol y crema humectante. No hace falta nada mas.
Desde el castillo/monasterio contemplo la ciudad y el valle. En ningun otro lugar de la India me he sentido tan bien. Sera' que no tiene nada de indio salvo la administracion.
Camino por las casas quinta en el barrio Sankar. Me pierdo por los senderos de piedra. Una anciana me saluda en ladakhi y en ingles: Hello! Jule! What are you looking for? Me indica el camino a la casa quinta/posada y otra anciana en vestidos tradicionales, trenzas atadas en la punta y sombrero con orejeras, me indica la puerta de entrada. Es la madre de Tanzin. Nos sirve te' y mas tarde la cena. Su marido reza y hace girar su rueda de oracion continuamente. Hablo con la otra pareja que va a la aldea mañana, un carpintero y una trabajadora social de Bristol. Cenamos te' con leche de dimo (hembra del yak), arroz con verduras y dal de porotos verdes. Los ancianos no hablan mas que ladakhi pero no dejan de sonreir y atendernos. Tanzin nos cuenta cual es el programa para mañana, nos explica cuales son las actividades sociales en la aldea que promociona y sobre otras actividades que realiza su organizacion. Nos dice que su madre esta' preocupada porque mañana no vamos a almorzar con ella.

jueves, 7 de junio de 2007

Carnavalito en Sarchu


4 de junio. Contratar un jeep en la India es como jugar a la loteria. Nunca se sabe si lo que prometen tiene algo que ver con la realidad. En el caso de la agencia Antek de Manali, tuvimos todo lo que prometieron: un buen jeep con neumaticos casi nuevos, tres asientos para dos personas, un chofer que conoce el camino como la palma de su mano, electrolitos para el mal de altura, paradas en buenos restaurantes y excelente atencion.
Viajamos con dos parejas de indios, una de Kerala y la otra de Shimla. Ingenieros en computacion escapando del calor de las planicies.
Despues de pasar a una infinidad de camiones, jeeps y autos, llegamos al primer paso importante: Rohtang Pass. Ahi se ven enjambres de turistas indios arrojandose bolas de nieve, esquiando, paseando en yak o apenas tomando sol.
Despues de almorzar cruzamos el segundo importante a 16.500 pies de altura (no entiendo porque' no usan el sistema metrico) y a eso de las 4 de la tarde llegamos a nuestro campamento cerca de Sarchu. Una planicie rodeada de montañas. El paisaje me recuerda un poco a Mendoza, o a al NOA, o a Bolivia. A Rebecca le recuerda un poco a Arizona. Un rio que no se ve ni se oye pero se adivina al pie de unas barrancas. Hace frio. Buenas carpas blancas para dos personas. Sabanas limpias y frazadas extra. Comida deliciosa y amable atencion. Nuestros compañeros de viaje resultan muy simpaticos. Todo es perfecto.
A la noche la temperatura baja a -5. Estamos a mas de 4 mil metros de altura. Tengo ganas de ir al baño pero me cuesta salir de la carpa. Tomo coraje y no me arrepiento. La luna casi llena ilumina el campamento, el valle, las montañas. Vuelvo a la carpa silvando un carnavalito.

domingo, 3 de junio de 2007

Cuatro ojos ven mas que dos


Dicen que la ruta al Valle de Spiti, con sus fantasticos monasterios tibetanos a mas de 4 mil metros sobre el nivel del mar, no esta' muy transitable. Problemas de derrumbes y escasos trabajos de mantenimiento.
Dicen que volvamos a preguntar en un par de dias. Para cambiar ambiente, nos mudamos a Naggar. Dos dias de absoluta tranquilidad dedicados a comer, leer, caminar, charlar y dormir. De paso compramos guantes de angora para el frio que nos espera.
Dicen que se podria ir a Spiti, pero por otra ruta mucho mas al sur. O que podriamos aprovechar que todavia no hay tanta gente yendo a Ladakh, y viajar en uno o dos dias a Leh, la capital de esa region, a 3505 mts sobre el nivel del mar. Solo hay que prepararse para cruzar dos pasos a mas de 5 mil metros de altura.

Mientras tanto empiezo a conocer un poco a Rebecca, hasta ahora mi unica compañera de viaje en la India. Me gusta viajar solo, pero debo confesar que esta chica de Vancouver viene resultando una excelente compañia (y toco madera por las dudas). Sonrisa jovial, cara fresca y nada mas que aparente ingenuidad. Sabe cuidarse por si sola mas que bien.
No fuma. No bebe si no esta' en un ambiente que no conoce o entre amigos. No consume nada mas fuerte que un cafe' con leche. Y buen paladar no le falta. Chica sana, lo que se dice.
Acostumbrada a veranear en las montañas, no le tiene miedo a la altura ni a cargar su mochila prolijamente cargada. Es de facil andar y de facil convivencia.
Tampoco hemos tenido problemas para ponernos de acuerdo sobre lugares para comer y para dormir, sobre que' hacer y de que' hablar, sobre cuando hacer cosas juntos y cuando separarnos. Y viajar en duo es siempre una ventaja para dividir gastos, para buscar informaciones y por seguridad. Cuatro ojos ven mas que dos.
La unica cosa en la que no coincidimos es en los horarios para despertarnos. Yo me despierto al alba, y ella unas tres horas mas tarde. Pero mañana tendremos que coincidir en esto tambien. A las seis de la mañana salimos en jeep hacia Leh.

Foto: camino a Leh (cortesia de Rebecca S.)

jueves, 31 de mayo de 2007

You may forget Manali but not Vashisht

Mayo llega a su fin y apenas me queda un mes para terminar mi año sabatico. En el autobus de McLeod a Manali, la luna casi llena nos permite vislumbrar los valles y montañas, circulos de fuego y otras hogueras en sus laderas, a aquel chofer ligeramente beodo en un autobus vacio ya que nadie se animo' a subirse. Despues de haber cargado las mochilas en un autobus, descargado y vuelto a cargar una vez que confirmamos cual de todos los autobuses partia, nos pudimos relajar un poco en nuestros asientos e intentamos dormitar sin mucho exito.
A las seis de la matina llegamos a Manali. El sol ilumina las cumbres nevadas. Ventajas de no viajar solo, mi compañera de viaje saca su guia y sugiere que busquemos hospedaje en Vashisht, una aldea al final del valle de Kullu. Nos subimos a un rickshaw y al llegar encontramos a Chantal con una amiga. Nos separamos nuevamente para buscar cuartos disponibles. Ofertas no faltan. En un hotel atendido por nepaleses conseguimos una buena habitacion con linda vista. Recuperamos horas de sueño y despues de almorzar salimos a caminar por el bosque. Faltaba una copa de vino tinto para acompañar el paiaje, pero no se puede tener todo en la vida.
En Manali nos dicen que la ruta al Valle de Spiti todavia no esta' totalmente habilitada. Hay que esperar un par de dias. Que asi sea.
En el sendero de vuelta a Vashisht nos encontramos con una pintada: "Puedes olvidarte de Manali pero no de Vashisht". Cenamos comida tailandesa. El cocinero nepales nos dice que aprendio' a cocinar en tres lecciones. Y aprendio' bien.
Hace frio y hay luna llena. En la vieja Manali nos dicen que hay una fiesta, pero con Rebecca preferimos la tranquilidad de la aldea, la amabilidad del camarero de Goa, de unos abogados de Delhi, del gerente del cibercafe' y del resto de la gente que trabaja, vacaciona o vive por aqui.

martes, 29 de mayo de 2007

Encuentros y despedidas

Finalmente dejo McLeod. Desayuno con frutas y tsampa. Acompaño a Celine a comprar sobres y postales. Despacho otro paquete de libros por correo y me cuelgo hablando con Lisa, una italo-newyorkina. Me cruzo con un adolescente tibetano que lleva puesta mi remera de Rip Curl con la imagen de un kamikaze. Para decir la verdad, le queda mejor a el que a mi. Fue una buena donacion.
Gyaltso, el cocinero, desparecio' del mapa. La ultima vez lo vi paseando con su nueva chica coreana. Me dijo que pase a visitarlo. Pase' esta mañana y su local esta' vacio. Su hermano me dice que piensa mudarse a Corea. Que aproveche.
Marylin, la vendedora de tangkas, me desea buena suerte y me pasa direcciones utiles. Su amiga Anne se va para Tailandia pero piensa volver para visitar Ladakh.
Pasa, el ex monje y compañero de conversacion, me invita a comer y me da un remedio tibetano por si tengo problemas estomacales durante el viaje. Me agradece tantas veces por las clases de ingles que le he dado que me hace emocionar. Lo dejo con sus ex colegas de monasterio, de prision y de exilio.
En el restaurante Namsai hablo con Aung, un estudiante birmano, primer persona que conozco de ese pais.
En el cafe' Khana Nirvana escucho a artistas improvisados, que es dia de escenario libre para quien quiera recitar poemas o improvisar con la guitarra. A la hora de pagar me lo cruzo a Boris, aun en la lucha para componer frases en tibetano.
En el cibercafe' me atiende un tipo con una bandera tibetana cosida en la manga izquierda, justo como la mia. Veo a parte de la familia por la webcam y bajo a buscar mis cosas al monasterio.
Sale el sol. Hoy el Dalai Lama acaba de terminar de dar unas charlas. Me dicen que otras van empezar tal vez mañana. No le he visto pese a haber pasado tanto tiempo por aqui. Me lo cruzo a Len, con su barba y su sonrisa, a Pasa nuevamente, a caras que he visto mas de una vez y a la procesion de purpurados.
Almuerzo ravioli di zucca en Nick's, con un ucraniano sabelotodo y dos alemanas que no saben como sacarselo de encima. Compro pan para el viaje y la panadera de pelo corto me saluda con una sonrisa. Los musicales amigos del cibercafe' Lung-ta intentan afinar en ingles. En el restaurante homonimo, canto en voz baja, con un plato de udon y un libro de Krishnamurti. En la terraza, con los Himalaya al fondo, un par de japoneses practican capoeira. Da' para cantar en voz baja:

Quem é homem de bem não trai
O amor que lhe quer seu bem
Quem diz muito que vem não vai
E assim como não vai não vem
Quem de dentro de si não sai
Vai morrer sem amar ninguem
O dinheiro de quem não dá
É o trabalho de quem não tem
Capoeira que é bom não cai
Se um dia ele cair cai bem

sábado, 26 de mayo de 2007

Un buen dia

24 de mayo. Ya soy parte del paisaje. Saludo a la gente como si fueran mis vecinos. Un dia me despierto con viento de tormenta, que por suerte no me volo' los lienzos. Salgo del cuarto y meencuentro con un ternero berrando en la puerta de mi habitacion. Esd temprano. Los flacos de purpura se ponen a recitar mantras antes de la hora del desayuno.
En el pueblo como mi plato de tsampa (harina de centeno con manteca y leche), tomo mi taza de te' y me pongo en marcha hacia el templo. Paso por los controles de seguridad para escuchar las enseñanzas del Dalai Lama. Habla en tibetano, asi' que no entiendo un pomo. Me siento a observar a la gente, a los ancianos haciendo girar su rueda de oraciones, a los niños haciendo reverencias, a turistas con sus rosarios (malas) esperando la oportunidad de ver a Su Santidad, y al numeroso grupo de purpurados en viaje de estudios.
Entre el publico veo dos caras conocidas: Celine y Chantal, dos francesas que conoci en la Saharia Amla Farm. Acaban de llegar de Nepal. Viajan con Jose', un luso-frances de voz serena que vino para estudiar yoga y medicina ayurvedica. Arreglamos para vernos despues de almorzar y los dejo porque empieza mi clase de cocina. Finalmente aprendo la tecnica para hacer momos en sopa. Si tuviese una camara, les habria sacado una foto.
Paso el resto de la tarde con mis amigos franceses, hablando de lo que hicimos y de lo que vendra', intercambiando impresiones e informaciones utiles. Chantal me regala un paquete de te' organico y Jose' me dice que mi aura es rosada. Supuestamente es algo bueno.
Al caer la tarde voy a mi clase de conversacion con los estudiantes tibetanos. Len, un californiano que tambien participa como voluntario, se pregunta como encontrar quien les patrocine los estudios a algunos refugiados. Por otro lado, el mismo anda con problemas economicos. Parece como poner el carruaje delante de los bueyes. Pero la intencion es buena.
Al terminar la clase me cruzo con una canadiense. Segundo dia que me la encuentro en el mismo lugar. Le pregunto si me acompaña para cenar. Luz de candelas, aire fresco y luna en cuarto creciente. Nada como terminar bien un buen dia.

domingo, 20 de mayo de 2007

Regreso a McLeod

Mcleod Ganj ya es casi como mi segunda casa. El 12 de mayo volvi' a hospedarme en el monasterio de Tsechokling y festeje' el buen funcionamiento de mi tarjeta de debito con una fiebre consumista. Ya he despachado 15 kg de libros y casi 6 kg de ropa por correo. Prefiero andar mas liviano, asi que todo lo que no me sirve para este viaje va de vuelta a casa.
Visite' nuevamente al medico tibetano y me receto' otros 10 dias de tratamiento. Una vez que termine de consumir esas bolitas de hierbas prensadas con gustos espantosos, solo me queda seguir la dieta en la medida de lo posible. Eso de no poder tomar cafe' y helado no me entusiasma demasiado.
En la libreria tibetana busque' informaciones sobre el yoga de los sueños, un antiguo tipo de meditacion practicado en Tibet antes de la introduccion del budismo. Siempre he sido bastante vago para esas disciplinas, asi que la idea de meditar en sueños, sin guias y sin moverme de la cama, me resulta sumamente interesante. Y al parecer esta' hecha a mi medida. Apenas llego a la libreria me encuentro con un par de libros sobre el tema apilados en la mesa de la secretaria.
Llevarla a cabo no parece muy facil. Cada vez que hago la prueba, termino dormido como un tronco pasados 5 minutos.
Aparte de comer y dormir (o meditar durmiendo), encontre' un trabajo voluntario para ocupar las tardes: dar clases de ingles a refugiados tibetanos. Gente joven que cruzo' los Himalaya de diversas maneras. Unos escaparon cuando un monasterio fue clausurado por el gobierno chino. Caminaban en general de noche, para no ser desubiertos por los soldados chinos. Tardaron unos 26 dias y en la ultima semana casi no tenian que comer. Pero consiguieron llegar a Nepal. Un campesino decidio' dejar Tibet por falta de trabajo. Para un tibetano, es dificil tener acceso a buena educacion y a un trabajo estable. Con el nuevo tren a Lhasa, los nuevos inmigrantes chinos, con mejor educacion y sin restricciones etnicas, son una dura competencia. Campesino pero no tonto, se las arreglo' para llegar en auto hasta la frontera con Nepal burlando los controles oficiales. Ahora espera su pasaporte y mejorar de salud para emigrar a Australia.
Ayer fui a ver "Richard gere is my hero", una pelicula tibetana hecha con dos mangos y con buen sentido del humor. Lo mejor fue ver a la gente riendose cada vez que reconocia lugares o personas de McLeod Ganj.
Y los dias pasan, y sigo sin ganas de ir a Delhi a buscar mi nuevo pasaporte y de tramitar mi nueva visa. Disfruto como crecen mi panza y mi agenda de contactos. Ventajas de compartir la mesa durante cada comida.

sábado, 12 de mayo de 2007

El rey de Kullu


5 de mayo. Paseo por Katrain. Las casas son de madera intercalada con piedras, techos de lajas, estructura de 2 pisos con balcones de madera sin cerramientos, a veces tallados con motivos locales. Entre las terrazas de cultivo se destacan coniferas desde hasta 20 metros de altura a veces atacadas de enredaderas. A la tarde llueve por un par de horas pero el resto del dia se esta bien. La temperatura es muy agradable y a la noche refresca. Paso el dia leyendo y cocinando.

6 de mayo. Almuerzo en un autodenominado restaurante italiano. Los penne parecen gnocchi y el menu en italiano no coincide con la descripcion de los platos en ingles. Pido un plato y me traen otro. Le aviso al cocinero de los errores y el dueคo viene a tomar nota. Un amigo vicentino les paso' las resetas y el intenta coparlas como puede. Dice que su amigo veneto piena venir un dia a ayudarle y que mientras tanto le manda por correo semillas y especias italianas. En el jardin del restaurante cultiva oregano, tomillo, albahaca y calabacines.

7 de mayo. Despues de una gran descompostura, tal vez producida por usar leche ordeคada en la comida, pase' un par de dias sentado en el trono intentando sentirme como el Rey de Kullu. Pero para decir la verdad, pase' un dia de mierda.

8 de mayo. Me mudo a Naggar, unos 500 metros cuesta arriba, del otro lado del rio. Es mas turistico y tiene mejor vista del valle y de las cumbres nevadas. Incluye una galeria de arte de una familia rusa, los Roerich, con cuadros expresionistas de los Himalaya, la gente y aldeas locales. La aldea tambien parece un buen lugar para comprar pashminas y shawls de Kullu y de Kashmir.
El elemento que me alquila un cuarto me pide que no le diga a los otros inquilinos que yo pago la mitad que ellos y me pide prestada una birome para escribir el telefono de su novia. Es bajo, tiene ojos a lo Homer Simpson, espacio entre los pocos dientes saltones que les sirven para escupir mejor y se las arregla para ser bigamo.
Mi cuarto es tranquilo. Se escucha el murmullo de una cascada, cantos de pajaros y muy de vez en cuando el paso de algun vehiculo motorizado. Tiene una terraza perfecta para desayunar mirando la montaคa. Camino montaคa arriba hasta el pueblo de Rumsu. Me sorprende como es que los campesinos y pastores se construyen grandes casas de dos pisos son antena satelital. Bueno, los materiales para la construccion son locales, la mano de obra no cuesta nada y en cada familia cuentan con uno o varios telares para tejer sus shawls. Tambien abunda la cannabis, aunque no vi a nadie cosechandola. Bueno, tal vez no es la epoca.

9 de mayo. En el castillo, residencia del rey de Kullu hace 5 siglos, un director de Bollywood filma algun pastiche sobre los tibetanos. Se supone que estan en lhasa, aunque la arquitectura del castillo y su templo hindu no se asemejan en casi nada a la cultura y geografia tibetanas. No creo que a los productores les importe mucho.
Todavia no me siento demasiado bien pero empiezo a hartarme de mi dieta de enfermo.

10 de mayo. Voy a Manali y me encuentro para almorzar con una amiga de Barcelona. Me invita con unos bifecitos de cordero con verduras saltadas. Rompo con la dieta vegetariana y mi estomago al parecer me lo agradece. Manali es un buen lugar para partir hacia algun otro, sea a ladakh a traves del paso de Rhotang, al Valle de Spiti o a los mas cercanos valles de Kullu y de Parbati. Hay un mercado tibetano importante, una escuela nepalesa y una estacion de descarga de hordas de turistas extranjeros y locales.

11 de mayo. Despues de almorzar chowmein y momo de cordero en un humilde pero excelente restaurate tibetano, con luz de candelas y esperando que pase la lluvia, imnicio el regreso a McLeod. Disfruto de la parte mas abrupta del valle que no pude ver a la ida porque era de noche. Me recuerda al valle del Urubamba por lo verde y profundo.

Foto: Castillo de Naggar (cortesia de Rebecca S.)

lunes, 7 de mayo de 2007

En el valle de Kullu

4 de mayo. Llego a Kullu demasiado temprano, asi que hago tiempo sentado hasta el amanecer. En Kullu pregunto por una granja organica de la que no he recibido respuesta y me dicen que vaya a Katrain, una aldea rural unos 18 km al norte de Kullu. Veo un aviso que dice "The Tree House Cottage" y pregunto si tienen cuartos disponibles. Termino egociando por una casa con baño privado y cocina en una chacra con frutales bastante alejada de la ruta principal. Me convidan con te' y cerezas recien arrancadas. Arrojo la mochila y dormito hasta la hora del almuerzo. Hago compras en los mercaditos locales y preparo mi primer almuerzo desde que termine' el curso de cocina.
La aldea es muy apacible: casas con techos de lajas, muros de adobe, piedra y madera, construccines de dos pisos y modernas en algunos casos, muchas chacras en la que trabajan sobre todo mujeres, muchos frutales: cerezos, manzanos, perales y ciruelos, huertas de verduras (repollos y cebollines) y pocos animales.
Las montañas del valle apenas superan los 3 mil metros, pero en algunas partes del valle ya se ven las cumbres nevadas que despuntan los 5 y 6 mil metros.
A la noche la chacra es tan oscura que cuando apago las luces no consigo verme las manos. Camino por la aldea, termino mi libro sobre budismo y ciencia y me preparo un te' con leche recien ordeñada. Esto es vida...

El medico tibetano

3 de mayo. Me cuesta dejar McLeod. En poco tiempo he conocido a muchas personas interesantes: Ali, el kashmiri que da clases gratis para hacer collares; las españolas buscavidas; Marcel, el rasta aleman cada vez mas compenetrado con la causa tibetana; Thierry y sus documentales de conscientizacion politica; Viviana con su hija adoptiva y su experiencia como cocinera vegetariana en El Bolson, como enfermera en Londres y como maestra en una escuela Krishnamurti en la que no le pagaron las vacaciones; Soraya, la profesora de kundalini yoga que fue a una escuela vecina a la mia; una chica llamada Sequoya que financia proyectos en paises de desarrollo; el guitarrista Giorgos y su dieta frugal; y muchos otros cuyos nombres no recuerdo.

A la madrugada quedamos con Jose', el venezolano-canadiense, para visitar al medico tibetano. El Dr. Yeshu no habla una palabra de ingles pero a traves de su interprete me comunica que tengo un problemita cronico que ya ha afectado a varios miembros de mi familia. Nada grave, salvo que me ha quitado el cafe', los dulces y las bebidas frias de mi dieta. Me queda la pasta (sin vino)y el sempiterno te'. Espero que cuando vuelvaa McLeod, en 10 dias, cambie un poco de parecer.

Hora de dejar el monasterio. Desde ayer los tibetanos andan preocupados y ya han anunciado un toque de queda para que los refugiados no salgan solos a la noche. Las tensiones entre tibetanos e indios ha aumentado desde que ayer anoche unos taxistas se pelearon con un par de transeuntes tibetanos. Respetan la orden del Dalai Lama de no responder a las agresiones y mantener la doctrina de la no violencia, pero tambien toman sus precauciones.

Despacho 5 kg de libros por correo para aligerar peso, ceno un plato de lasagna con Marcel y me subo al autobus para Kullu.

lunes, 30 de abril de 2007

De vuelta en el mundo real

26 de abril. Despues de desayunar, limpiar y ordenar las barracas, nos enfrentamos con el mundo real. Con los otros ex-estudiantes nos ponemos de acuerdo para almorzar en McLeod en un buen restaurante para intercambiar impresiones y direcciones. Despues de almorzar consigo hospedarme en un lamasterio que tiene cuartos disponibles. A la noche veo un documental sobre los atentados del 11 de septiembre, como para recordar la dura realidad. Se arma un debate despues de la proyeccion con gente interesante que prosigue en la terraza de un restaurante, con un buen plato de comida tibetana de por medio. Poco despues de la medianoche el restaurante cierra y la discusion acaba. Me ducho e intento dormir pero no puedo. Tal vez un efecto de tantos dias de meditacion.

27 de abril. Me levanto temprano con los canticos de los monjes tibetanos. Voy a meditar al centro por una hora y a la salida, con otros meditadores, decidimos caminar hasta una cascada local. paramos en un par de cafes para desayunar y apenas dos seguimos subiendo la montaคa hasta Triund, a unos 3 mil metros de altura. Volvemos a tiempo para ver la segunda parte del documental.

28 de abril. Epero que abran el paso para ir a Leh, pero no tengo ningun apuro en irme. Me cruzo todo el tiempo con los colegas de meditacion y nos juntamos para hablar, comer, hacer compras, caminar, visitar atracciones turisticas e intercambiar informaciones sobre clases de musica, joyeria o yoga, sobre actividades de los refugiados tibetanos y sobre consultas al medico personal del Dalai Lama que parece que es increible: con solo tomar el pulso y analizar la orina a simple vista provee un diagnostico preciso y una cura apropiada y de bajo costo.

Vipassana

15-26 de abril: Termine' mi curso de comida tibetana y subi' con mi mochila desde McLeod hasta el vecino pueblo de Dharamkot, a ver si conseguia ingresar en el centro de meditacion Vipassana. El curso exige una dura disciplina moral y un compromiso a mantener 5 reglas mientras dure el curso: no mentir (facil de cumplir dado que apenas podemos hablar con el instructor), no robar, no tomar ningun tipo de toxicos (ni alcohol, ni cigarrillos, drogas o estimulantes), no cometer actos impuros (mala conducta sexual durante la vida cotidiana) y no dañar ninguna creatura viviente. Despues del curso, se agregan dos reglas: aprender a dar sin esperar nada a cambio y mostrar gratitud siempre que podamos. El curso es gratis porque se supone que uno vive como un monje: de la caridad de ex estudiantes. Asi uno no puede exigir nada como si fuera un consumidor o un cliente.

Las rutinas del centro son mas rigidas que las de una prision: no se puede hablar con otros estudiantes, se prohibe fumar y el consumo de cualquier estimulante, no se puede tener ningun tipo de contacto fisico con otras personas, hay areas separadas para hombres y mujeres, no se puede portar ningun simbolo religioso ni realizar ningun tipo de rito, se prohibe usar cualquier otra practica de meditacion o disciplina mental, no se puede leer o escribir, ni mucho menos escuchar musica, silbar o canturrear, la dieta es vegetariana y la cena es apenas una taza de te' con arroz u otro plato ligerisimo.

La primera noche se presenta la tecnica e inicia la prohibicion de hablar. El lugar es muy agradable: un bosque con vista a las montañas, silencioso a no ser por los gritos y cantos de aves y de monos.
A las 4 de la mañana suena la campana para despertarnos y a las 4:30 ya estamos en el hall de meditacion. Uno de mis compañeros de cuarto rompe el silencio y se lamenta apenas oye el primer llamado a meditar: Porca putana! Efectivamente, un italiano.

La primera tecnica parece sencilla pero no lo es: concentrarnos en nuestra respiracion. Al minuto la mente esta' viajando y en lo que uno mas piensa es en seguir durmiendo. Estar sentado con las piernas cruzadas por dos horas tampoco es lo mas facil. Las piernas se duermen, las articulaciones empiezan a doler y uno no ve la hora de que suene la campana. A las 6:30 termina la primera sesion y procedemos a desayunar una papilla y te' con leche. A las 8:30 reanudamos la meditacion, almorzamos a las 11, descanzamos otra vez hasta las 13:30, cenamos a las 17 y a las 18 retomamos la meditacion, a las 20 escuchamos un discurso sobre la tecnica y despues meditamos hasta las 21. A las 21:30 se apagan las luces.

El segundo dia uno enfrenta la primera noble verdad del budismo: el sufrimiento. Uno no sabe ya como sentarse para sentir menos dolor. En el tercer dia la concentracion se afina: debemos focalizar en las sensaciones en la diminuta zona que va desde el labio superior a las narinas. En el cuarto dia empezamos con la tecnica de Vipassana, de introspeccion y observacion de las sensaciones.

El objetivo es observar las sensaciones del cuerpo sin reaccionar ante ellas: no hay que rechazar el dolor ni apegarse al placer, tan solo observar lo que siente el cuerpo. Todas las miserias humanas surgen de esta conducta. Cuando uno aprende a no reaccionar, las acciones pasadas de aferrarse al mundo sensible se manifiestan como dolor y se disuelven dando lugar al fin del sufrimiento. Mientras tanto, uno intenta concentrarse en la tecnica para no llorar de dolor. Cuando uno lo logra, empieza a sentir vibraciones o algo asi como un flujo de energia por buena parte del cuerpo. Pero si uno se apega a estas sensaciones la concentracion se pierde. Toda sensacion debe considerarse pasajera y debe ser observada como si ocurriera en el cuerpo de otra persona. Parece imposible, pero no lo es.

Se supone que es la tecnica que enseคaba Buddha a sus discipulos, que se perdio' en la India unos 5 siglos mas tarde y solo sobrevivio' en Birmania. Fue reintroducida en la India hace unas pocas decadas de la mano de un hombre de negocios hindu' que vivia en Birmania. Sufria de una especie de migrañas que ningun medico conseguia curar, ni especialistas en Suiza o Estados Unidos tuvieron suerte, hasta que
dio' con un instructor de meditacion en su propio pais. Ahora a esta tecnica la usan para reformar la conducta de presos en varias carceles en la India, aparentemente con muy buenos resultados.


Pasan los dias y el silencio no se rompe a no ser por alguno que otro bostezo, eructo o flato (esta ultima una tecnica preliminar a la levitacion), el llanto de alguna chica que no aguanta mas el dolor, los saltos de los monos sobre el techo, los tambores de alguna celebracion hindu' en Dharamkot o los fuegos artificiales para conmemorar el aniversario de la independencia de Israel.

El decimo dia aprendemos otra tecnica de meditacion y se rompe la prohibicion de hablar. Finalmente conocemos los nombres de las personas con las que hemos convivido por lo que nos parece una eternidad.

viernes, 13 de abril de 2007

Primeras impresiones de los tibetanos

13 de abril. Acabo de terminar mi primer leccion de cocina tibetana: he aprendido a preparar thengthuk y thugpa. La base es la misma: verduras reahogadas, agua, especias ligeras (cardamomo, anis y canela) y pasta fresca. Todavia no me ha enseคado a preparar mi plato favorito, que es el momo de cordero: una especie de niคos envueltos rellenos de cordero con cebolla y verduras servidos en una sopa de verduras. La comida no es ni salada ni picante. Mi estomago lo agradece.
Finalmente encuentro un lugar realmente tranquilo desde que deje' la granja organica en Rajasthan. Los tibetanos me han causado una muy buena impresion. Para empezar, no estan a los gritos llamandome "venga amigo, pase a ver mi negocio!" como hacen casi todos los vendedores en la India. No se la pasan preguntando de donde uno viene, hacia donde uno va, en que hotel esta' hospedado y otra sarta de cuestiones personales. Los articulos a la venta ya incluyen el precio, asi que uno no tiene que regatear sin tener una idea de cuanto cuesta. Es mas, no se necesita regatear. Los precios son justos. Y si uno sale sin comprar nada, no insisten ni miran con mala cara.
Ademas no gritan. Son amables y pueden hablar del largo viaje que hicieron para escapar de Tibet, esquivando los disparos de los soldados chinos y sin probar comida por 6 dias con la misma tranquilidad con la que podrian hablar de futbol. Miento, cuando hablan de futbol se les nota un cierto entusiasmo. Y que hablen de futbol en vez de criquet ya me hace sentirlos como muchachos del barrio.
Por las calles de McLeod Ganj, la aldea con nombre de highlander donde el Dalai Lama reside y dicta charlas, se ofrecen cursos de cocina, masajes, yoga, lengua tibetana, meditacion, auto-ayuda, acupuntura, astrologia, musica y otras artes. Hay para entretenerse. Y si no es por los cursos, basta despertarse y observar a los picos nevados que araคan los 5000 metros de altura, o caminar por el bosque hasta una cascada cercana, o ver el cielo estrellado desde el balcon de mi departamento.
A la hora de la cena, veo un tibetano con sus vestimentas de monje sentado junto a otro tibetano con un polar Patagonia, jeans y una camara digital en la mano. En un restaurante autodenominado italiano, dos tibetanas en remera y jeans toman los pedidos de pizza napolitana y lasagna di melanzane.
La vestimenta tradicional tibetana rehuye de los colores chillones y calidos de los saris indios. Prefiere los tonos frios, mas acordes con el clima de alta montaคa.
Sus rostros tienen rasgos muy marcados. Se asemejan en algo a los bolivianos o peruanos de la sierra por los pomulos salientes, o veces a los chilotes por las mejillas a coloradas. Si tan solo tuviera mi camara de fotos para retratarlos....

Escape de Nueva Delhi

10 de abril. Para estafadores y ladrones, Nueva Delhi tambien es la capital de la India. En el Bank of Baroda obtuve un adelanto de efectivo a una mala tasa de cambio, previo pago de una comision equivalente al 1% del valor sacado. De vuelta en el hotel obtuve un descuento cuando les dije que en otro hotel del mismo nivel la tarifa es un 15% menor. Acto seguido, me venden un pasaje de autobus a Dharamsala al doble del precio ordinario.
En el autobus el rosario de lamentos es largo. Comparto la cabina con otro estafado, que pago' para tener una cabina completa y tuvo que dividirla. En otro asiento un hindu se queja de que estafan a sus propios conciudadanos: a los extranjeros los estafan por mucho, pero a los turistas domesticos no dejan de cobrarles un sobreprecio sin mayores explicaciones. Hablan mucho de karma y por otro lado son las personas menos honestas que he visto. No les importa si en la proxima vida reencarnan convertidos en cucarachas.

domingo, 8 de abril de 2007

Felices Pascuas!

7 de abril. Ya tenia todo listo para dejar Nueva Delhi hasta que di con un pequeño inconveniente: la tarjeta de emergencia que me mando' VISA no funciona. La pruebo para pagar el hotel y no funcionaba. La probe' para retirar efectivo en un banco y nada. La pruebo para comprar algo y nada. Rechazada por partida triple.
Perdida toda la mañana, llamo a VISA para que me resuelvan el problema. Ok, me dicen que ahora la puedo usar sin problemas. Vuelvo al hotel para pagar, pero nada. Supongo que tardara' unos minutos para actualizar el sistema. Almuerzo y pruebo otra vez. Nada....
Llamo otra vez a VISA y me dicen que es un error en la tarjeta y que el sistema no puede leer bien los datos. En ese caso, tengo que solicitar otra tarjeta. Y esperarla en Delhi?!!!! Cazzo....
La otra posibilidad es que me den un credito de emergencia. Perfecto, salvo que los bancos acaban de cerrar y no abren hasta el lunes.
Paciencia. La montaña me sigue esperando. Paso el fin de semana entre el hotel y el cibercafe'. Los 36 grados que hace a la tarde no me dan ganas de moverme demasiado.

jueves, 5 de abril de 2007

Lo bueno de lo malo y lo malo de lo bueno

5 de abril. Pasada casi una semana del maldito incidente en el tren, empiezo a sentirme bien y a pensar en positivo. Para empezar, ahora cargo apenas una mochila y ya no debo preocuparme ni dedicar tiempo a sacar fotos y a bajarlas a un CD. Estoy en la India, asi que es el lugar justo para practicar la doctrina del desprendimiento. Nada de aferrarse a las cosas materiales. De ahora en mas, lo que cuenta es aprovechar el momento y vivirlo con intensidad. Si es posible, en un lugar confortable, rodeado de algun paisaje espectacular y con un buen plato de comida sobre la mesa. Bien, confieso que no tengo mucha madera de budista.

De hinduista, tampoco, aunque entre las muchas escuelas hinduistas se pueden sacar buenas ideas. Ahora leo sobre el shaivismo en Cachemira, una escuela hindu del siglo X con muchas ideas que recuerdan a veces a Hegel, a veces a la fenomenologia. Me ha gustado el concepto de la diversidad como simbolo de la libertad. El espiritu es creativo y se manifiesta en una multiplicidad de formas. Sin diversidad, si todo fuera una ilusion y todos fueramos lo mismo, entonces no habria libertad. No me parece una proposicion compatible con el sistema de castas o con la condena de las viudas segun las leyes de Manu, de los cuales todavia quedan resabios (ver por ejemplo la pelicula 'Water'). Tampoco es compatible con el principio de igualdad sancionado en la constitucion india gracias al Dr. Ambedkar.
Otro punto interesante de esta escuela shaivista es la relacion entre doctrina y practica: el objetivo final es una experiencia de comunion con el espiritu universal, no tanto la pura discusion teorica o las practicas rituales desprovistas de significado. Estas ultimas me parecen las mas practicadas en la India: puras supersticiones mas o menos coloridas.
Actualmente tambien existe en la India un tipo de hinduismo intolerante, fundamentalista como dirian algunos, al parecer bastante activo en el campo politico. No olvidar que a Mahatma Gandhi lo asesino' un fanatico hindu' y que la nacion fundada por un pacifista es hoy una potencia nuclear. De las antiguas tradiciones, algunos hacen uso de la peor parte.

martes, 3 de abril de 2007

Yendo de la cama al living

3 de abril. Tengo que esperar para que me den un pasaporte nuevo y mientras tanto intento conseguir credito de alguna manera. Mi hermana-madre me ayuda y aconseja permanentemente y el resto de la familia me llama todas las noches para ver como estoy. No me puedo quejar. El resto del tiempo lo paso haciendo llamadas, comiendo, leyendo las noticias por la red o uno de los dos libros que todavia llevo conmigo, mirando peliculas que no habia visto, o documentales sobre los Tuareg o sobre la jungla del Congo.
Hoy almorce' con un grupo de italianos. Una ya ha pasado por la experiencia de ser robada en este pais. Un español sentado en otra mesa se lamentaba de como los indios nos estafan permanentemente aunque sea en pequeñas cantidades: se ensucian a veces por menos de 10 euro cents. En Nepal tuvo la misma experiencia y no se contuvo: termino' golpeando al chofer de un bus. Dice que a el lo estafaron y que encima fue el el que paso' la noche en una carcel de Khatmandu. Ahora tengo a otro tipo al lado, un venezolano que esta' por perder la visa a la India y busca desesperadamente soluciones. No estoy solo en la desgracia.
Espero que por medio de la oficina de mi empresa me puedan adelantar un poco de dinero para moverme por aqui hasta que me den mi nueva tarjeta. Si todo sale bien, ya el lunes que viene podre' estar al pie de los Himalaya.

lunes, 2 de abril de 2007

Noticias de un alma caritativa

Acabo de hace una donacion involuntaria a parte del pueblo indio:
camara de fotos con imagenes de este pais y del viejo mundo, las
cartas a los amigos y a la familia que no hice a tiempo de botar en el
correo, mi pasaporte y otros documentos para que se acuerden siempre
de mi, anteojos de sol que el reflejo es muy fuerte, un sombrero para
que puedan seguir trabajando bajo el sol abrasador, los anillos y
joyas que compre' para los amigos en Kashmir, como para que aprecien
el arte de una region ocupada militarmente por el ejercito indio,
mucha plata en terminos relativos, tal vez el sueldo de un año de un
indio de clase media o todo mi presupuesto para este viaje, el celular
que traje para llamar a mi familia, como para que puedan estar mas
comunicados, la victorinox con sus mil funciones practicas, hilo
dental, cepillo y pasta de dientes para que mantengan la dentadura
sana, y una birome para que escriban, si es que pertenecian a la mitad
del Estado de Bihar que tiene esa capacidad.
Vine a la India a buscar una experiencia diferente y con seguridad la
he tenido.
Lo importante es que en estos casos uno se da cuenta de las cosas
realmente importantes: la salud, la familia, los amigos y la propia
capacidad de lidar con estos pequeños percances de la vida.

El relato es el siguiente: apenas me subo al tren en Patna con destino a Darjeeling, coloco mi mochila grande sobre la litera, luego el bolso de mano, luego me subo a la litera, acomodo la mochila grande mientras el bolso de mano queda entre mis piernas. No senti' nada pero apenas me doy vuelta el bolso de mano habia desaparecido. El vagon esta' lleno de gente cuando no deberia haber tantas personas. al fin y al cabo, solo hay lugar para pasajeros con reserva. Grito 'Police! Police!" pero nadie se inmuta. Le aviso a un guardia pero tampoco se mueve. Me dice que baje y haga la denuncia en la oficina de la policia que hay en el primer anden. Bajo con mi mochila grande y hago la denuncia. Mientras tanto, mi tren parte. Me toman la denuncia pero no veo que nadie se mueva demasiado. Sera' la policia complice de los ladrones? Tengo que volver a Delhi para tramitar un nuevo pasaporte. Me prestan dinero para llamar por telefono: mi hermana-madre se encarga de bloquearme las tarjetas de credito y avisar al resto de la familia. Que' haria sin ella. Espero mi tren a Delhi en compañia de oficiales del ejercito. El que tengo a mi lado dormita. Yo mientras tanto mato mosquitos: 43, 44, 45 mosquitos. Hace calor. Compro una botella de agua y espero mi tren a Delhi hasta las 3.30 de la mañana. Sigo matando mosquitos: 88, 89, 90... Finalmente llega el tren y me subo. Me acuesto en la litera abrazado a mi gran mochila. Me saco las zapatillas, las meto en la mochila y la cierro con candado. Duermo con un ojo solo. Al dia siguiente una familia que viajaba cerca mio me convida para comer. 20 horas mas tarde llego a la estacion de Delhi. Busco un buen hotel, explico que me han robado todo y me dejan registrarme sin pagar. Como algo, me ducho, miro algo de television y me desplomo sobre la cama.

Por la senda de Buda


29 de marzo. Gautama era un tipo muy practico. Encontro' la iluminacion mientras meditaba bajo un arbol. Si hubiese meditado bajo el sol abrasador de la India, antes de la iluminacion habria entrado en estado de ignicion. Las temperaturas ya sobrepasan los 35 grados y debo apurar el paso hacia las montañas.
Despues de Sarnath, el lugar donde Gautama predico' su primer sermon, me dirigi' hacia Nalanda, la antigua universidad del S. VI y ya centro de conocimiento en la epoca de Buda. Es unos 5 siglos mas antigua que la Universidad de Bologna pero no puede jactarse de seguir activa. Fue destruida siete siglos mas tarde y hoy solo quedan sus ruinas. Los guardias supuestamente controlan que no haya saqueos pero no los noto muy eficientes. He visto niños que jugaban dentro de los viejos edificios golpeando ladrillos contra los muros y practicando otros actos de vandalismo. Un vecino de la zona me mostro' su coleccion de restos arqueologicos. Piedras talladas hace mil años guardadas en bolsitas de polietileno sin el menor cuidado.
Pase' rapidamente por Rajgit y termine' en Bodhgaya, gran centro de peregrinaje con nuevos templos de cada gran nacion budista: Camboya, Tailandia, Myanmar, Japon, Bhutan, Sikkim, etc. En esta pequeña aldea conviven turistas, monjes budistas y campesinos pauperrimos, campos sembrados y un paisaje casi desertico. Con la cantidad de mosquitos que he visto, no se' como hacen los monjes para meditar...

miércoles, 28 de marzo de 2007

Por las huellas de Gautama

27 de marzo. Mi estomago no anda demasiado bien asi que he empezado un regimen a base de sopa de pollo con arroz y verduras. Al parecer funciona. No se' si tiene bases en la medicina ayurvedica pero es lo que mas se parece a la sopa de la abuela.
Voy tras las huellas de Gautama y a la aldea donde predico' su primer sermon: Sarnath. No soy budista pero cuando voy al baño medito sobre el fluir de la vida y me siento en la via de la liberacion.
Volviendo a Sarnath, el templo que conmemora el primer sermon de don Siddhartha (Sid para los amigos) es de epoca moderna. Lo hizo un tipo de Sri Lanka para revitalizar el alicaido budismo en India. Incluye unos frescos sobre la vida de Sid pintados por un artista japones. Pero lo mas interesante es el templo jainista y el museo arqueologico. En este ultimo se expone el pilar con 4 leones del emperador Asoka, que fue adoptado como escudo nacional indio, buenas estatuas encontradas en la zona desde la epoca Maurya (S. III-II A.C.) hasta el declinio de la ciudad por el siglo XII cuando los musulmanes turquicos saquearon la ciudad. Los mismos que destruyeron la universidad de Nalanda porque no tenian un ejemplar del Coran en la biblioteca. Que' le hubiera costado a la Universidad conseguir uno...

domingo, 25 de marzo de 2007

De Khajuraho a Benares


23 de marzo. Khajuraho es pacifica, relativamente limpia, tiene veredas en las calles y vendedores irritantes a la caza de turistas. No he visto gente vomitando o haciendo sus necesidades en la calle como en Delhi o en Agra. Hasta barren las calles y tienen unas rutas arboladas a la salida de la ciudad con puestos mas cuidados. El turismo puede arruinar el encanto del lugar, pero Khajuraho me gusta tan turistica como es.
La cocina es bastante internacional. Gracias al consejo de mi amiga Laura S., almuerzo en un excelente restaurante italiano: Mediterraneo. Toco el cielo con las manos, o mejor dicho, con cuchara y tenedor.
Si los indios son poco confiables, sobre todo a la hora de los precios, aprovecho para confundirlos. Cada vez que me preguntan de que pais soy, de donde vengo y adonde voy, les doy una respuesta diferente. Pero no hay caso, insisten en hablar conmigo aun cuando no consiguen venderme nada.

24 de marzo. El largo tren nocturno entre Mahoba y Benares (o Varanasi) es interminable. Subo luego de una larga espera en la estacion de Mahoba, con cortes de luz frecuentes y en compañia de una pareja de franceses. El tren sale a las 00.45 y llega despues de las 11. Un taxista nepales me lleva al hotel que le indico pero no tienen mas cuartos. Consigo otro hotel cercano cerca del Ganges con un baño mas que decente, tranquilo y sin mosquitos. Presencio los festivales religiosos sobre el rio, me cuelgo hablando con una israeli y ceno en un buen restaurante.
No me parece una linda ciudad, pero tiene su encanto. Las calles cerca del Ganges sn un laberinto del cual solo consigo salir preguntando. Los turistas de bajo presupuesto son mayoria. Muchos usan vestimentas locales. Algunos vienen a practicar yoga, estudiar hindi, meditar o aprovechar los masajes que ofrecen por unas pocas rupias. Los restaurantes tienen buena onda y buena gastronomia. Buen lugar para extraviarse sin problemas.

Foto: en una aldea a las afueras de Khajuraho