miércoles, 28 de marzo de 2007

Por las huellas de Gautama

27 de marzo. Mi estomago no anda demasiado bien asi que he empezado un regimen a base de sopa de pollo con arroz y verduras. Al parecer funciona. No se' si tiene bases en la medicina ayurvedica pero es lo que mas se parece a la sopa de la abuela.
Voy tras las huellas de Gautama y a la aldea donde predico' su primer sermon: Sarnath. No soy budista pero cuando voy al baño medito sobre el fluir de la vida y me siento en la via de la liberacion.
Volviendo a Sarnath, el templo que conmemora el primer sermon de don Siddhartha (Sid para los amigos) es de epoca moderna. Lo hizo un tipo de Sri Lanka para revitalizar el alicaido budismo en India. Incluye unos frescos sobre la vida de Sid pintados por un artista japones. Pero lo mas interesante es el templo jainista y el museo arqueologico. En este ultimo se expone el pilar con 4 leones del emperador Asoka, que fue adoptado como escudo nacional indio, buenas estatuas encontradas en la zona desde la epoca Maurya (S. III-II A.C.) hasta el declinio de la ciudad por el siglo XII cuando los musulmanes turquicos saquearon la ciudad. Los mismos que destruyeron la universidad de Nalanda porque no tenian un ejemplar del Coran en la biblioteca. Que' le hubiera costado a la Universidad conseguir uno...

domingo, 25 de marzo de 2007

De Khajuraho a Benares


23 de marzo. Khajuraho es pacifica, relativamente limpia, tiene veredas en las calles y vendedores irritantes a la caza de turistas. No he visto gente vomitando o haciendo sus necesidades en la calle como en Delhi o en Agra. Hasta barren las calles y tienen unas rutas arboladas a la salida de la ciudad con puestos mas cuidados. El turismo puede arruinar el encanto del lugar, pero Khajuraho me gusta tan turistica como es.
La cocina es bastante internacional. Gracias al consejo de mi amiga Laura S., almuerzo en un excelente restaurante italiano: Mediterraneo. Toco el cielo con las manos, o mejor dicho, con cuchara y tenedor.
Si los indios son poco confiables, sobre todo a la hora de los precios, aprovecho para confundirlos. Cada vez que me preguntan de que pais soy, de donde vengo y adonde voy, les doy una respuesta diferente. Pero no hay caso, insisten en hablar conmigo aun cuando no consiguen venderme nada.

24 de marzo. El largo tren nocturno entre Mahoba y Benares (o Varanasi) es interminable. Subo luego de una larga espera en la estacion de Mahoba, con cortes de luz frecuentes y en compañia de una pareja de franceses. El tren sale a las 00.45 y llega despues de las 11. Un taxista nepales me lleva al hotel que le indico pero no tienen mas cuartos. Consigo otro hotel cercano cerca del Ganges con un baño mas que decente, tranquilo y sin mosquitos. Presencio los festivales religiosos sobre el rio, me cuelgo hablando con una israeli y ceno en un buen restaurante.
No me parece una linda ciudad, pero tiene su encanto. Las calles cerca del Ganges sn un laberinto del cual solo consigo salir preguntando. Los turistas de bajo presupuesto son mayoria. Muchos usan vestimentas locales. Algunos vienen a practicar yoga, estudiar hindi, meditar o aprovechar los masajes que ofrecen por unas pocas rupias. Los restaurantes tienen buena onda y buena gastronomia. Buen lugar para extraviarse sin problemas.

Foto: en una aldea a las afueras de Khajuraho

De Orchha a Khajuraho


20 de marzo. Hago un horario solar. Al alba me despierto y ya toda Orchha, salvo algunos turistas, se encuentra en movimiento. Tomo unas tazas de te' y empiezo a caminar por los templos. Los santones a veces me saludan, otras simplemente se dirijen hacia al rio para sus abluciones matutinas. Luz del alba, una especie de ceibo florecido, vacas pastando, peregrinos de un lado para otro, ni un turista a la vista. Camino por los templos, entro en ellos sin control de ningun tipo. Al parecer el ticketero duerme. Camino entre los campos de centeno entre templo y templo. El sol sale catapultado al cenit y ya a las nueve esta' alto y radiante. O sea, hace calor. Lavo ropa y salgo a almorzar. Ya se ven turistas por todos lados. Duermo una siesta y salgo cuando baja el sol sobre los templos. A la noche siguen los canticos religiosos. Los cortes de luz nos dejan apreciar las estrellas y la medialuna. Como hasta decir basta. En un restaurante preparan moussaka de berenjenas y torta de chocolate. Nada autoctono, pero mi estomago lo agradece.

21 de marzo. Otra vez al alba para terminar la vuelta por los templos. Los ticketeros duermen dentro del palacio principal y el portero del hotel de lujo que ocupa un sector del palacio me sirve de guia y me abre las puertas de las salas pintadas. Cuando el ticketero se levanta, le pago la entrada. Recojo mis cosas en el hotel y voy a Khajuraho, a visitar los templos del siglo X con sus figuras altamente eroticas. Y que venden por la calle? Ejemplares del Kamasutra. No tengo con quien practicarlo, asi que me dedico a los placeres del estomago.

22 de marzo. Sigue la festividad hindu', asi que en los templos me cruzo con una romeria de fieles en saris multicolores. Extaño ver los contrastes: en las peliculas de Boliwood no se ve ni siquiera un beso y en la calle muchas mujeres se cubren sus rostros y las parejas apenas si se tocan, pero en los templos hay figuras que podrian ser consideradas XXX.
Cuando sube el sol llega la hora de comer y de dormir la siesta. A la tarde alquilo una bicicleta y me olvido de los templos. Me divierto mucho mas pedaleando por la campiña, a saludar campesinos y disfrutar del paisaje entre praderas y colinas.

Foto: portico de elefantes en Orchha

En el corazon de la India


19 de marzo. Por primera vez me subo a un tren en este pais. Hasta Gwalior, viajo sin problemas. Paso la mañana entre el fuerte mogul, las viejas deidades hindues labradas en la montaña y algunos palacios del 1600-1700, almuerzo con calma y tomo el segundo tren, esta vez a Jhansi. Tren local, gente local. Unico turista sentado sobre su mochila cerca de una puerta siempre abierta. Hace calor, pero el aire que entra alcanza para los 200 pasajeros de mi vagon. Lo bueno de viajar en tren es que no se escuchan bocinazos y suele ser mas rapido. Lo malo: bueno, demasiada gente.
En Jhansi temino mi Sprite de 2 lts y evito un nuevo viaje tan populoso. Visito el fuerte local y tomo un taxi a Orchha, sin otros pasajeros. Orchha es pequeña y tranquila. De mi hotel se ve uno de los palacios principales al caer la tarde. Pocas calles, pocos bocinazos, bastantes vacas, muchos templos y palacios y el resto son campos sembrados. Intento ver lo que como entre corte y corte de luz. El resto de la ciudad se prepara para un festival religioso al inicio de la primavera. Suena el nombre de Shiva por los altoparlantes y el mercado principal vende polvos coloridos. Unas mujeres esparcen agua de flores sobre los animales. Duermo mientras los mosquitos me lo permiten.

Taj Mahal, Taj Mahal....


17 de marzo. A la noche llego a Agra y me hospedo en el primer hotel razonable que encuentro cerca de la terminal. Empiezo a extrañar la granja. Como buena ciudad de la India, Agra es fea, sucia y ruidosa. Al menos como bien.

18 de marzo. Me levanto poco antes del Alba para ir al Taj Mahal. Canturreo la cancion homonima de Jorge Ben hasta que el rickshaw me deja en una de las entradas.
Lo primero que me impacto' fue el precio de la entrada. Los indios pagan 20 rupias; los turistas: 750. Un poco mas de 12 euros. Atravieso el segundo portal estilo mogul y ahi lo veo: imponente y blanco como Sacre Coer en Montmartre. El canal esta' seco, asi' que nada de fotos con reflejos. Bueno, siempre hay algun charquito a mano.
Si, es tan impresionante como dicen, y al alba parece escenografia pintada de una pelicula de los años '30. El problema fue a la salida. Del silencio del parque y los aromas florales a los bocinazos y pestilencias de siempre. Pase' rapidamente por el fuerte de Agra, almorce' y volvi' al hotel a refugiarme del ruido y del calor hasta que bajase el sol.
A la tarde fui a Shikandra a ver el bello pero descuidado mausoleo de Akbar, uno de los reyes mas iluminados de la India. Intento' fundar una nueva religion sincretista, pero su corte ignoro' sus innovaciones. Su nieto construiria el Taj Mahal, por amor a su fallecida princesa o por pura vanidad. Y luego los ingleses destronaron a los mogules y se llevaron casi todo lo que pudieron.

Foto: cortesia de Rebecca S.

De vuelta al mundo urbano

Despues de preparar el segundo kunapa, decidi que ya habia aprendido lo suficiente y que era hora de volver a la civilizacion. Los ultimos dos dias fueron tranquilos. Solamente quedabamos 4 huespedes. Binod nos animo' sacandonos a comer. La primera noche fuimos al palacio Samode en Jaipur. Cena con candelas en un patio interior, abundante variedad de platos no vegetarianos absolutamente deliciosos, musica en vivo y guia por las salas del palacio. Unos niños cantaban nuestros nombres (a cambio de una propina, obviamente). De postre, un plato de helado, tortas varias y pannacotta. Un te digestivo y vuelta a la granja. Eso es vida.
Para mi ultima noche salimos a comer a un puesto en la ruta con Binod, su familia y un par de sus empleados. Otra vez comimos como maharajas. A la vuelta Binod cambio' el repertorio musical. En vz de Abba, musica country y Mozart, pasamos a musica clasica de Assam, algo de Boliwood y otros ritmos mas autoctonos.
El sabado 17 me despedi' con calma de todo el mundo. Unos amigos de Binod me dieron un aventon hasta la estacion de Jaipur. Eran dos nuiños y un adulto, Hagwa, al que uno de los pequeños cargaba porque su mujer lo dejo' por el lechero. Me dijo que si pasaba por Patna lo podia contactar. Me dio su email: Hagwa_went_away_with_the_milkman@hotmail.com. Sospechando que no era el correcto, se lo pedi' nuevamente.
Solo otra vez. En a estracion espere' el omnibus a Agra. Empieza a hacer calor.

viernes, 23 de marzo de 2007

En Saharia Amla Farm

8 de marzo. A unos 22 km de Jaipur se encuentra la granja organica Saharia Amla del Sr. Binod. Se supone que puedo trabajar unas horas a cambio de casa y comida.
Apenas llego, me encuentro con dos huespedes con problemas estomacales. No parece una buena señal, pero la comida picante tiene sus efectos colaterales.
Me ofrecen te' y me indican donde hallar al Sr. Binod. Estaba trabajando en una parte de la granja con otros 8 huespedes y varios trabajadores locales. El primer dia no hago mucho, salvo comer, hablar con todo el mundo, beber te' y seguir hablando y comiendo.
La granja es tranquila. El principal producto es amla, un fruto parecido a la ciruela pero muy amargo, usado en la medicina ayurvedica. Tienen una piscina que se mantiene limpia gracias a las semillas de neem, otra planta medicinal. Examino las fuentes que hay cerca de la casa y para mi asombro no hay larvas de mosquito. Ahi me empiezo a interezar mas por la produccion organica.
El unico fertilizante que usan es el kunapa, un caldo de bacterias hecho con deshechos de las carnicerias, agua servida con detritos vegetales, bosta y orina de rumiantes. Se coloca en grandes tanques (de unos 100 litros calculo) y se entierran en fosas por uno o dos meses. La mezcla fermenta y se descompone en 5 elementos. Se usa en cantidades minimas, pulverizado sobre las plantas o vertido cerca de las raices.
El Sr. Binod es un tipo muy particular, al parecer muy practico. Ve lo que funciona y lo usa. Cuida bien de los huespedes, nos presenta a otros practicantes de metodos de agricultura no agresivos, organicos o como se llamen, nos explica sus metodos, nos pregunta nuestras opiniones y nos deja bastante tiempo libre para pasear por la granja, tomar te' en una pulperia local cerca de las vias del tren a la que bautizamos "The Railway Cafe", para pasear y disfruntar de la apasible vida campestre. Binod tambien cultiva te' organico en Assam. Lo he probado y es excelente. En una de esas me doy una vuelta para ver que' tal es.

Entre Jaipur y Amber


Jaipur es bastante menos ruidosa y mas caminable que Dehli. Visite' un par de palacios de la epoca mogul y me perdi' por las calles de la ciudad rosada. En un negocio me invitaron te', a almorzar y a llevarme a pasear a la noche. Muy amables hasta que me ofrecieron que llevase joyas a Europa por la modica suma de 10 mil euros. Le dije que lo pensaria y les responderia al dia siguiente.
Al dia siguiente me fui tranquilamente a Amber, a visitar la vieja capital de Rajasthan. Muy linda y muy turistica. La pase' mejor caminando por las calles de Amber, sin turistas a la vista. Un niño me hizo de guia por los templos hindues. Finalmente me mostro' la parte mas interesante de la ciudad segun su parecer: el establo de su casa y sus dos vacas. Lastima que son sagradas y no se comen.
Volvi' a Jaipur a caminar otra vez por las calles mas tranquilas de la ciudad. Gente tomando te', examinando tejidos en los emporios textiles, esculpiendo piedras y escupiendo (otra tradicion local).
Demasiada vida urbana. Al dia siguiente decidi' irme a una granja organica, bien lejos de los bocinazos y de las ofertas inescrupulosas.

Foto: Rebecca S.

lunes, 5 de marzo de 2007

De Srinagar a Jaipur

2 de febrero. La lluvia sobre el lago fue nieve en las montañas. Aun no se acaba el invierno. Finalmente amanece soleado y Ali me conduce a las montañas a 40 km de Srinagar. Visitamos unos viejos tenmplos hindues y cruzamos a unos campesinos gitanos por el camino. Dos niños, Akhtar y Gunmir, me guian por un sendero de tres horas hasta un puente de madera, apenas para aprovechar la tarde.

3 de febrero. Otra vez amanece con lluvia pero para despues del desayuno. Visitamos las mezquitas de la ciudad y los jardines mogules. En una cooperativa de artesanos me explican como se fabrican las alfombras y como apreciar la calidad de cada una. El secreto consiste en la cantidad de puntos por pulgada cuadrada. Cuantos mas puntos, mejor la calidad. Basta contarlos, como a los pixels de una fotografia.

4 de febrero. Dia de compras. Hice lo que no queria hacer: comprar regalos al principio del viaje. Lo bueno es que no pesan mucho y tengo una cosa menos de que' preocuparme. Quien sabe cuando volvere' a Kashmir, si es que vuelvo algun dia.

5 de febrero. Vuelo de vuelta a Delhi y me voy de la ciudad lo mas rapido posible. Me tomo un bus ejecutivo a Jaipur. En el camino nos cruzamos con vacas, perros, paseantes suicidas, camellos y otras alimañas. En un momento nos encontramos con un congestionamiento de camiones. No hay problema. Vamos de contramano por unas cuantas cuadras hasta que volvemos a nuestro carril. Al borde del camino tambien empiezo a vislumbrar, aunque sea de noche, a la India mas pobre, mas rural, mas sucia y aun asi sonriente.

Llueve en Srinagar

1 de marzo. Llueve. Dedico los primeros tres dias en el hotel-bote a comer y a dormir. Con Rafiq, el hijo de lio, hablamos un poco acerca de todo. El es el gerente de la familia, el que maneja el hotel, contrata excursiones a la montaña y exporta te'. Cita a Eqbal Ahmed en persa: que si hay un pariso sobre la tierra es aqui, es aqui, es aqui. Kashmir parece un lugar fantastico, salvo por los problemas politicos. Al parecer luego de la particion de la India les prometieron el derecho a la autodeterminacion pero se la terminaron dividiendo entre la India y Paquistan.
Rafiq me invita a que me sienta como en su casa. Su hijo de 6 años juega conmigo a al cricket (o al menos lo intentamos), su mujer me sirve te' verde con canela y cardamomo y galletitas de almendra. La comida consiste en verduras cocidas, queso de montaña con salsa y arroz. Lo que para ellos no es picante para mi lo es bastante. Lo mas picante que comen son unas verduras de hoja con chile que son nitroglicerina pura. Comen con la mano, apretando el arroz con las verduras y el queso formando unos bollos. Despues se chupan los dedos y se lavan las manos con agua sobre el plato en el que comen. Yo prefiero la cuchara y la servilleta.
A las 5 de la matina me despiertan las llamadas a rezar desde la mezquita mas cercana. Despues de la plegaria, vuelven a dormir hasta una hora mas razonable.
Yo ni me animo a salir de la cama antes de las 10. Permanezco bajo las 5 cubiertas de acrilico coreano, un toque nada autoctono en el barco de madera tallada.
Rafiq se queja de las influencias occidentales en la moda y en la musica. No le gustan los Rambo locales, la violencia en la television, la musica remixada, la perdida de los valores tradicionales. Ahora, tampoco reniega de la tecnologia y dista de ser un extremista. Dice que hay un Dios aunque no importa que religion se practique. Que no hay que generalizar que Estados Unidos tiene la culpa porque conoce estadounidenses que son excelentes personas. La culpa es de la codicia humana.
La lluvia me permite pasar mas tiempo con la familia y disfrutar de la paz entre el lago y las montañas. Buena decision despues de haber pasado una noche infernal en Delhi con los interminables bocinazos. Que en la India hay dos leyes de transito: manejar del lado izquierdo y tocar bocina a mas no poder. En el lago de Srinagar, apenas se oyen los remos...

En Kashmir

27 de febrero. Lo primero que hice despues de paser por Delhi es ver a donde escaprme. Mejor empezar por un lugar menos caluroso y pobre. Pregunte' por destinos al norte y me recomendaron Srinagar, al pie de los Himalaya. Que asi sea.
A la hora del almuerzo aterrize' en la capital de Cachemira. Llovizna. Tengo que llenar un formulario y buscar al tipo del hotel donde tengo reserva. Hay soldados por doquier. Un cartel dice que el año pasado hubo 850 victims fatales por atentados con granadas. Veo a un turista cargando sus esquies contento de probar la nieve sobre los Himalaya. Bueno, no debe ser tan malo.
Mi guia hasta el hotel es Ali, un viejo guia de montaña que supuestamente estuvo con Heinrich Harrer en el Nanga Parbat. Por lo que fuma, dudo que ahora lo podria hacer. Tiene 55 años y habla ingles bastante bien. Cuando le explico a donde quiero ir en el libro que tengo, me doy cuenta de que es analfabeto.

Namaste

26 de febrero. Despues de haber visto Babel en el avion y desayunado las 3 de la maniana, finalmente arrivo a Delhi. La primera pregunta es: y ahora que'. Es demasiado temprano para hacer cualquier cosa, asi que me decido por ir a un hotel y dormir. En el camino veo un poco de Nueva Dehli. La primera impresion es que es horrible. Compite con San Saaalvador para ser la capital mas fea en la que estuve. No se ve tanta pobreza y suciedad en la calle como me imginaba pero dista de ser el paraiso. De cualquier manera, a la tarde lasa ruinas mogules me convencen de que vale la pen pasar al menos un dia en la vieja Delhi.
A la hora del almuerzo me encuentro con un grupo de brasileños sentados en la mesa de al lado. Son dos musicos de un grupo de afroreggae y una trabajadora social carioca invitados por una ONG india, segun parece. Uno de los musicos pregunta si vale la pena ir al Taj Mahal, que al fin al cabo el vino a trabajar y no de paseo. Es que se entero' que son como 5 horas de viaje en el tren nocturno.