jueves, 22 de febrero de 2007

Ultimos preparativos para la India

18 de febrero. Me despido de Madrid, de Paloma, de mis amigos en esta ciudad, de los apenas nacidos como Pablito (el bebe de Luca y María José), del rey de los tallarines (un restaurante chino de mal aspecto pero de excelente cocina), del carnaval, del agradable invierno madrileño.

19 de febrero. Vuelvo a Milán a preparar la mochila. No he podido encontra quién me hospede. Pruebo suerte con mis colegas de oficina. Me ofrecen un cómodo sofá con cena incluída. Una buena ama de casa. Miramos una película de baile mientras ella se pone a planchar.

21 de febrero. Cambio de sofá. En casa de Akil y de Clo cenamos con una de las botellas de syrah español. El domingo que viene parto para Delhi y ya no me queda mucho para hacer: una cena y un almuerzo con amigos, una visita a mi prima Cristina en Tirano, guardar la valija, preparar la mochila y los documentos necesarios, anotar los contactos de un agroturismo en Jaipur, saludar y hacer el check-in en Malpensa. El lunes que viene amaneceré en el aeropuerto Indira Gandhi.

De Toledo a Madrid

10 de febrero. El sol nos invita a caminar, pero nos la tomamos con calma: desayunamos, damos unos pasos desde el Alcázar a la Catedral, juntamos coraje y pagamos los 6 euros de entrada, Recuerdo una pareja de españoles en Sarajevo quejándose por tener que pagar la entrada a una mezquita. Que las mezquitas, al igual que las iglesias, deberían ser gratis. Y que Dios pague para restaurarlas. Ya bastante que la iluminación es gratuita durante el día.
Tarde apacible. Apreciamos los santos de Theotokopoulos (El Greco para los amigos) y la vista de los alrededores desde la judería. Paloma, para variar, saca un par de fotos de tarjeta postal.
La elección para el almuerzo no fue la mejor. La de la cena en cambio nos salvó la noche. En la vinoteca Alfredo nos recibieron con una sonrisa, unas buenas copas de syrah Finca Antigua de Cuenca, pan casero y un par de tapas excelentes. Los detalles importan y mucho. La calidad del pan, la elección del vino y el programa para hacer la digestión: que vayamos al Círculo del Arte a bailar, como dentro de una iglesia y con la misma paz, en un bar de pueblo y en uno cubano a terminar la noche con flamenco fusion y otros ritmos.

11 de febrero. No dimos con la corona de Leovigildo pero en el Museo Santa Cruz encontramos bastante arte visigodo con buenas explicaciones. Llovizna y es domingo. Volvemos a Madrid con un par de botellas de syrah en la valija.

14 de febrero. No hace frío en Madrid. Paso a buscar mi visa para la India y almuerzo con Paloma cerca de su trabajo. A la tarde vamos a la muestra de Escher, fascinante para un pintor que no era matemático ni usaba computadoras.
Fátima, la coinquilina de mi amigo Jose, me ha prestado un libre del ecnomista Amartya Sen: “The argumentative India”. De cómo les gusta hablar a los indios y explayarse sobre casi todo: desde el discurso más largo en las Naciones Unidas (9 horas y media) hasta el más extenso canon clásico (unas 8 veces la Ilíada y la Odisea juntas), de incluir corrientes religiosas ateas, de haber invetado la numeración decimal, disertado sobre la gravedad un milenio antes de Newton o escrito un tratado de realismo político un milenio antes que Maquiavelo, o sobre la tolerancia religiosa y racionalidad de los empreadores Asoka (budista) y Akbar (musulmán), de la actual toleancia religiosa y de los menos tolerantes nacionalistas hindues.

miércoles, 21 de febrero de 2007

Del nuevo al viejo mundo

4 de febrero. Paso de una ciudad donde se habla bastante castellano a otra en la que se escucha poco inglés: Madrid. Estoy de vuelta en el viejo mundo. Espacios compactos, una extensa red de transporte público, gente por todos los rincones a todas las horas, arte e historia a la vuelta de la esquina y por cierto, todo el encanto de un mundo más que imperfecto.
Paloma me espera en el aeropuerto. Cálida bienvenida. Alex me abre la puerta de su casa y continua durmiendo. Ya es mediodía pero al parecer se ha acostado a las 7 de la mañana. Dejo mis cosas y salgo a almorzar con Paloma en “Emma y Julia”. Nos recibe la moza patagónica que trabajaba en el Masaniello, el restaurante de enfrente. Comer, pasear, dormir.

7 de febrero. Me cuesta levantarme temprano. Sigo con jet lag. Llego a la embajada de la India poco antes del cierre para tramitar mi visa de turismo. Sólo tengo que esperar una semana. Salgo a almorzar y vuelvo a casa a dormir la siesta. Sigo con la rutina semanal: comer, pasear, dormir.

9 de febrero. A Toledo con Paloma. Nos subimos al AVE, acomodamos los abrigos y el equipaje, miramos por la ventana y al rato escuchamos por los altoparlantes: “Bienvenidos a Toledo”. Si será rápido.
Linda estación en estilo neomudéjar. Tomamos la ciudad por asalto, arrastrando la valija de Paloma al otro lado del Tajo. Esa manía que tienen las mujeres de cargar peso aunque sea por dos días. Prosigo con la rutina de siempre pero en otra ciudad: comer, pasear, dormir.

miércoles, 7 de febrero de 2007

It's (not) a free country

1 de febrero. Es cierto que se pueden conseguir buenas ofertas, pero en Estados Unidos hay que pagar por casi todo. Cerca de la Ocean Drive de Miami se pueden obtener bebidas gratis, pero se paga al menos un dolar por una hora de estacionamiento, 9 dolares por una copa de vino de la casa y 3 mil dolares por una entrada para el Super Bowl. Mejor caer con el termo y el mate.
Vimos unas chicas semidesnudas que al parecer no eran promotoras de ningun producto. Vimos viejos bailando con remeras multicolores. Vimos tipos con forma de ropero vestidos como rappers, de esos que se chocan los hombros como forma de saludo. Vimos a toda una galeria de personajes extravagantes, a veces acompanados de perros haciendo juego con la vestimenta.
Una avioneta paseaba un cartel que decia: "Super Bowl Champion is Jesus". Tal vez se referia a algun jugador cubano o dominicano. Le seguian otras avionetas promocionando productos o marcas mas reconocibles.
Mi hermana luchaba en el restaurante para que respetaran una promocion para almorzar. Tal vez porque Miami es parte de America Latina que algunas cosas no funcionan tan bien. Hay que estar atentos. No es dificil que uno entre por un precio y que en la cuenta figure otro, o que lo que uno compra en el supermercado este' vencido o que no tenga ni siquiera la fecha de elaboracion. Vimos basura tirada por la calle, personas bebiendo cerveza por la calle sin ocultar el envase (lo que no considero malo) y autos cruzandose adelante nuestro sin previo aviso.
A los precios expuestos para cada producto hay que agregarle los impuestos, generalmente no incluidos. Aun asi, se ven ofertas excelentes para un gran numero de bienes mayormente producidos en algun pais asiatico.