jueves, 29 de octubre de 2009

Los visitantes


El jueves pasado, tras una pésima mañana en la oficina, me preguntaba para qué estuve trabajando tanto tiempo en la misma empresa. Es una de esas preguntas inútiles, porque una vez que la decisión está tomada, ya no hay vuelta atrás. Todos los caminos que existen como potencia se cierran una vez que elijo uno entre todos, y en ese momento mi vida se vuelve la que es y no otra.
Lo mismo ahora que he decidido irme y cambiar de vida, aunque tenga un trabajo seguro, un contrato a tiempo indeterminado, viva en un buen lugar y mi vida transcurra plácidamente. Algo me impulsa a moverme en otra dirección.
El viernes llegaron mis amigos napolitanos y me hicieron olvidar el mal humor. El tiempo ayudó, pasando del frío y de la lluvia de mitad de semana a un tiempo más primaveral. Además de mozzarella y un libro de fotos de Milán, los visitantes me trajeron buena suerte, aunque la suerte complique las cosas...

viernes, 16 de octubre de 2009